Cuando se llega a la tercera edad se tiene que tomar en cuenta algunas consideraciones para poder vivir esta etapa de la vida con salud.
Una de esas consideraciones, por ejemplo, es ingerir lácteos, exponerse al sol en los horarios permitidos y evitar el sedentarismo para no sufrir de la osteoporosis.
Pero los consejos no terminan aquí. Como las fracturas son el principal riesgo de estas personas, los médicos recomiendan evitar los deportes peligrosos, realizar controles oftalmológicos periódicos, mantener iluminada toda la casa e instalar agarraderas en la bañera, así como alfombras de goma dentro y fuera de la tina para evitar golpes.
Richard Saavedra, traumatólogo, señala que también es necesario el uso de un calzado seguro y cómodo, preferentemente con suela de goma, además de evitar salir a la calle cuando ha llovido.
Agrega que es importante llevar una vida sana, evitando el tabaco, el alcohol y sobre todo el sedentarismo, ya que el músculo es el principal tractor sobre el hueso y estimula su formación.
Para aquellas personas poco aficionadas a los deportes, el médico propone una actividad tan sencilla como caminar, que no solo mejora el calcio en los huesos sino que ayuda a la circulación en general.
Una enfermedad silenciosa
Eduardo Kerzberg, coordinador del Centro Nacional de Referencia de Osteoporosis, señala que la osteoporosis se la considera como una patología silenciosa, pues, generalmente, no produce síntomas y el paciente descubre que la tiene cuando es víctima de lo que comúnmente se conoce como quebraduras.
Aunque aún se desconoce su origen, Saavedra manifiesta que se cree que es mayoritariamente genética, aunque algunas enfermedades como la diabetes juvenil, trastornos tiroideos, la litiasis renal o el uso de corticoides pueden provocarla o agravarla.
Salvo estos casos, se desarrolla principalmente después de la menopausia y adquiere su pico máximo después de los 65 años, cuando el deterioro de la función renal, intestinal y la disminución en la capacidad de la piel para sintetizar la vitamina “D” agravan el cuadro.
Incluso existe una tendencia a que las hijas de madres con osteoporosis tengan una menor densidad ósea, incluso antes de la menopausia.
Fractura de cadera la más temida
Según un estudio realizado por el Centro de Investigaciones Reumatológicas y Osteológicas de Argentina, se calcula que una de cada cuatro mujeres la padecen, es decir, entre un 25% y 30% de la población.
Aunque no es privativa del sexo femenino, al parecer, los hombres tienen un esqueleto más fuerte y resistente. Según Saavedra, “es cuatro veces más frecuente la fractura de fémur en mujeres que en hombres”, hecho que se utiliza como referencia para estudios epidemiológicos.
Para detectarla se recurre a los denominados métodos densitométricos, que miden la cantidad de calcio existente en los huesos y se recomienda realizarlos cuando comienza a transitarse la menopausia.
A pesar de que las fracturas vertebrales y las de brazo tienen mayor frecuencia, la complicación más grave es la quebradura de cadera.
“La fractura de cadera no solo tiene una importante implicancia económica, de salud pública sino social. Nada es igual después de una fractura de cadera. Hay un grupo importante de pacientes que ya no se movilizan y otras que no vuelven a realizar las actividades habituales”, refiere Saavedra.
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