Muchos entran al tragamonedas como una alternativa al descanso. Otros, lo hacen impulsados por su adicción a apostar. Este problema conocido como ludopatía y que afecta principalmente a los jóvenes viene destruyendo a las familias.
Luis Salazar Rondón (53) estuvo sumergido en los vicios por espacio de 25 años. Primero en las carreras de caballo y luego de casarse en los casinos y tragamonedas.
Su adicción por los juegos lo llevó muchas veces a tener que mentir a su esposa y lo que es peor, a dejarle sin dinero a sabiendas que ella no trabajaba.
Su esposa para poder dar de comer a sus hijos tuvo que endeudarse y algunas veces esconderse tras la puerta de su casa cuando los acreedores venían a cobrarle.
De esta etapa oscura de su vida, Lucho - como así lo llaman sus amigos - recuerda que casi siempre llegaba a su casa sin dinero. “Yo cobraba todos los sábados. Tras almorzar me iba a un tragamoneda de San Juan de Miraflores donde me quedaba hasta el día siguiente”, dice Luis.
En esa época (década del 90) este hombre que se dedicó por años hacer tornero repujador de una empresa importante de la ciudad ganaba mucho dinero. A la semana, cuenta que sacaba entre 1,000 a 1,200 nuevos soles.
Durante el tiempo que estuvo en el vicio del tragamoneda, Luis Salazar no solo perdió mucho dinero sino lo que es más importante para un hombre: el respeto de su familia.
Si bien hoy Luis ya no padece de esta adicción no podríamos decir lo mismo de muchos jóvenes y hasta personas de la tercera edad que día a día vienen desgraciando sus vidas.
Según el psicólogo de Cedro, Milton Rojas, en los últimos cinco años de acuerdo con las estadísticas de atención que manejan los establecimientos de salud del país cada vez hay más personas, sobre todo jóvenes menores de 30 años, envueltos en este tipo de juegos.
Ante esta realidad, ¿podemos seguir pensando que los juegos de azar son inofensivos?
Históricamente el juego ha sido parte del proceso de crecimiento, de maduración y de socialización del ser humano, como medio de aprendizaje de habilidades y forma de interacción con el entorno. Inclusive aquellos en donde de por medio está la apuesta. Y si bien arriesgar para obtener o perder alguna ganancia pueden ser empleados como una alternativa al descanso o diversión de las personas, lo cierto es que el desarrollo de los juegos de azar puede también desencadenar conductas desadaptativas cuando la persona pierde la capacidad de control.
Ahora bien, ¿qué lleva a una persona a convertirse en un adicto a los juegos conocido también como ludopatía? De acuerdo con el psicólogo Rojas son muchos los factores que desencadenan este problema. Así tenemos los desórdenes de estado de ánimo, trastorno de la personalidad, dependencia, carencia de afecto familiar, mitos, herencia, etc.
Como el resto de las adicciones, la ludopatía comienza lentamente y con la conciencia de que se controla la situación en cuanto la persona se lo proponga. Precisamente eso fue lo que pensó Luis Salazar cuando recién empezó a jugar en los tragamonedas, y sin embargo pasó 12 años de su vida dentro de este vicio.
Un punto que resalta el psicólogo Rojas, es que el ludópata al igual que el drogodependiente padece de un trastorno del control de los impulsos.
“En la ludopatía este trastorno genera una ansiedad muy grande que solo se sacia con la descarga de adrenalina que se produce al practicar la conducta de jugar. En este caso tienen mucho que ver los neurotransmisores y desequilibrios fisiológicos que se producen en el cerebro”, sostiene el especialista de Cedro.
Agrega que en los casos más severos la persona afectada puede arriesgar todo, inclusive si no tiene plata para seguir apostando es capaz de robar, estafar, falsificar y hasta embaucar a los familiares, todo con el fin de obtener dinero.
No es nueva
Los problemas derivados de la práctica del juego no son una exclusividad de nuestra época, como tampoco no lo es el juego excesivo y la adicción al mismo. Queda claro que la pérdida del autocontrol en la conducta de juego ha convivido con el hombre a lo largo de su historia. Existen indicios de que el juego excesivo tuvo que ver con la caída de las tribus germánicas bajo la invasión romana. También hay cierta evidencia de que los romanos tuvieron una alta proclividad al juego, no por algo fueron los creadores de la lotería, y los emperadores romanos como Nerón y Calígula tuvieron un comportamiento descontrolado y desadaptado derivado del juego compulsivo.
El tratamiento de la ludopatía representa un importante reto terapéutico. “El tratamiento debe tomar en cuenta aspectos médicos, psicológicos y sociales. Un elevado número de jugadores patológicos logran no volver a jugar pero existe otra gran cantidad de ludópatas que no son tratados y no entran en rehabilitación”, refiere Rojas.
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