viernes, 6 de diciembre de 2013

¿Cómo hacemos para que no se vuelva a repetir la historia?

La selección Sub 15 viajó a Bolivia con el perfil bajo. Nadie se imaginó que iban a ganar el torneo sudamericano. Ahora, en la cúspide de la gloria, muchos temen que esta generación se pierda. 

Para un país escaso de títulos como el nuestro, la corona obtenida por la selección Sub 15 de fútbol en el torneo Sudamericano disputado en la ciudad boliviana de Santa Cruz no solo nos ha llenado de felicidad sino de esperanza. Ya que por lo visto en la cancha tenemos, por lo menos, siete jugadores con grandes condiciones de seguir creciendo futbolísticamente, claro está en la medida que estos chicos no se pierdan como aconteció con los de la Sub 17 hace seis años. 
Cuando el Perú ganó el derecho de asistir al Mundial Sub 17 de Corea en el año 2007, muchos pensaron, incluido varios periodistas, que por fin teníamos una generación dorada  de jugadores que nos iban a clasificar al Mundial de Sudáfrica. Sin embargo, todos se equivocaron.
Y es que un error, que casi siempre suele repetirse en varias disciplinas deportivas, es que ni bien ganamos algo nos creemos los mejores del mundo.
De ese grupo de jugadores que fueron al Mundial de Corea y que estuvieron a punto de llegar a las semifinales de ese torneo, salvo Manco, Duarte y Ávila el resto desapareció de la escena futbolística. ¿Cómo podemos hacer para que esta generación, que tuvieron al mismo entrenador (Juan José Oré), no se pierda? Según el periodista deportivo Carlos Bernuy, lo central aquí es que los padres hagan entender a sus hijos que los celulares, artefactos, o dinero que puedan recibir como premios no son lo más importante. Por lo pronto, Luis Ibérico, el goleador del torneo sudamericano con siete tantos, ha señalado que él no se va a marear con este logro.
Luis Trisano, periodista deportivo, por su parte señala que los clubes dueños del pase de estos jugadores deberían darles la confianza en sus equipos, porque el problema es que apuestan a resultados inmediatos en vez de largos plazos que ayudará al crecimiento, no solo del jugador, sino del fútbol peruano. “De esa manera los jóvenes tendrán una continuidad y se irá a la par con la formación de nuevos talentos para que no desaparezcan”, dice. 
Poco es lo que sabemos de estos chicos. Trajeron un gran logro y las imágenes borrosas que se muestran del campeonato ellos deberán cambiarlas por momentos más claros cuando avancen en el fútbol, cuando debuten en Primera o salgan al extranjero y demuestren que quieren colaborar con la mejora de nuestro fútbol. De lo contrario, terminarán como aquella selección Sub 17. Olvidados por el tiempo y revisando las portadas que un día protagonizaron. (Raúl Vela)

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