Utilizan una serie de sin razones para agredir a una mujer, ya sea su esposa o conviviente. Sea cual fuera el motivo el agresor reacciona a una serie de estímulos que en pocos minutos pueden desencadenar cuadros de paranoia que los hace perder el control llegando inclusive a asesinar sin poder controlar sus impulsos.
Para la psicóloga Carmen Mendoza, estos desprendimientos de euforia y descontrol son producto de una serie de factores psicológicos que forman parte del pasado del agresor. Uno de ellos nos explica la especialista viene en un 90% de la familia. “Un hogar disfuncional, en donde no existe los roles marcados tanto por el padre como la madre, degenera en los hijos conductas rebeldes que se hacen más notorios al momento en que el adolescente decide formar una familia”, dice la psicóloga.
Mendoza, añade que los hombres violentos mantienen rasgos psicológicos ocultos, es decir fingen con facilidad ser amables y respetuosos en un principio, siendo una persona completamente distinta cuando inicia una relación de convivencia, por lo que recomienda a la mujer indagar sobre su vida familiar, esto ayudará según la especialista a cerciorarse si su pareja tiene o no doble personalidad.
“El hombre violento por lo general viene de familias de padres separados, en donde el machismo ha estado presente en su formación. Y por ende la mezcla de ambos hace que la persona desarrolle una inestabilidad emocional grande, haciéndose frecuente los cambios de humor, por lo que le hace vulnerable a reacciones inesperadas”, refiere.
Carmen Mendoza recomienda a la pareja asistir periódicamente a terapias psicológicas de familia que le ayuden a sobrellevar el problema, además de asegurar un buen clima familiar para la pareja y sus hijos.
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