A pesar de su simpatía y a dos meses para cumplir un año de gestión, la alcaldesa de Lima Susana Villarán continúa con poco respaldo en las encuestas. Según Ipsos Apoyo el rechazo de los limeños a su trabajo se debería a la ausencia de soluciones a los problemas más graves (transporte, seguridad e infraestructura) ¿Usted que piensa?
La lideresa de Fuerza 2011, Susana Villarán llegó a la alcaldía de Lima afirmando que la ciudad no solo debe ser cemento y fierro, sino también valores, transparencia, cultura y desarrollo social. Diez meses después, a decir de la última encuesta de Ipsos Apoyo, podemos decir que sus propuestas no han calado entre los vecinos quienes le reclaman constantemente solucione los problemas del transporte, la seguridad ciudadana, que haga obras, etc.
Si en el mes de enero Villarán contaba con un respaldo de casi 50%, hoy esta se ha reducido apenas a 20%. Según algunos regidores, la falta de reacción oportuna para abordar estos temas se ha convertido en el Talón de Aquiles de la alcaldesa.
Transporte
Aliarse con los diferentes gremios sindicales que agrupan a los transportistas durante la cazvzmpaña municipal, es quizá uno de los mayores errores que pudo cometer Susana Villarán. Es que esos mismos miembros son quienes en la actualidad piden su cabeza, debido a una serie de normas y directivas que según los propios transportistas se estarían beneficiando a cierto sector empresarial.
Este es el caso del reordenamiento intempestivo de más de 40 rutas de transporte público que transitaban por las vías auxiliares al Metropolitano, y que de acuerdo algunos regidores de la propia comuna sería una medida arbitraria y antitécnica, debido a que no se realizaron los estudios respectivos sobre el impacto que esto generaría en otras vías ya congestionadas y que tendrán que soportar una mayor carga vehicular.
Para el regidor del Partido Popular Cristiano (PPC) Jaime Salinas, la municipalidad no ha avanzado un ápice en esta materia, es más calificó como ineficientes a los funcionarios municipales, debido a que no cuentan con la experiencia necesaria como para dar las soluciones correctas y oportunas a este problema.
Salinas también criticó la inclusión a nuestro parque automotor de los denominados buses patrón de capacidad de 120 pasajeros que circularan por la capital desde el 2013, a quienes denominó como buses utópicos, dado que dichos vehículos funcionan con un combustible especial que hasta momento no se fabrica en el Perú.
“El problema del transporte no se soluciona con medidas mediáticas, se requiere de todo un estudio técnico que certifique que lo que se está haciendo va a dar resultados. Un ejemplo claro es el caso del Metropolitano, si bien se tiene que dar preferencia a este medio de transporte, esto no significa que se va a tomar medidas abusivas contra los transportistas, dándoles rutas poco rentables impulsando de esta manera la informalidad”, sostiene Salinas.
Seguridad
Otro de los pilares de la campaña de Susana Villarán, fue la de combatir la delincuencia de raíz. Justamente para enfrentar este flagelo, a mediados de febrero se puso en marcha el “Plan Zanahoria”, (de mucho éxito en Colombia), que consistía en restringir la venta de bebidas alcohólicas hasta la tres de la madrugada. Esta medida en un inicio serviría como piloto en algunos distritos como Barranco, Miraflores y Surco.
Desde esa fecha, el “Plan Zanahoria” no ha logrado bajar los altos índices de delincuencia que existía, es más según especialistas en el tema señalan que en nuestro país no existe el suficiente personal policial para controlar la venta de alcohol.
A todo esto la ola de violencia se apodera de las calles. Según reportes de la ONG Ciudad Nuestra, en nuestro país mueren cerca de 11 personas por cada cien mil habitantes, cifras alarmantes que llamaron la atención a más de uno en el municipio. Uno de ellos es el regidor pepecista, Jaime Salinas, quién manifestó que con la asignación de más policías y serenos no se va a solucionar el problema de la seguridad, esto a raíz de que no se está utilizando los informes de inteligencia de la policía para focalizar el problema.
“La Municipalidad de Lima en forma conjunta con la Policía están en la responsabilidad de brindarle seguridad a los limeños. No basta con comprar cámaras de seguridad, ni contratar 13 mil policías, ni 3 mil serenos, lo que falta es un nivel de organización para una eficaz prevención, esto no se ha venido dando. Hay que señalar que si ha habido acercamientos para solucionar pero han sido insuficientes, necesitamos más compromiso”, señala el regidor.
Por su parte Fernando Altuve, regidor de Cambio Radical, señala que si lo que se busca es tener más serenos para que apoyen a la policía en el tema de seguridad, no se entiende entonces cómo la alcaldesa pudo haber despedido a cientos de ellos.
Tratando de encontrar una respuesta, Altuve cree que la única explicación a tal injusticia la encontramos en la necesidad que tiene Villarán de tener vacantes para poder contratar a los cientos de personas que le apoyaron durante su campaña y que desde que entró a la alcaldía le venían reclamando puestos de trabajo.
Obras públicas
Cuando aún era candidata, Susana Villarán no se cansaba de decir que de llegar al municipio una de sus principales prioridades era la de continuar con las obras de su antecesor. Nada de lo que dijo hasta la fecha se ha cumplido.
En febrero de este año, cuando tenía solo dos meses en el cargo, la alcaldesa mandó a paralizar los trabajos de perforación del túnel que uniría San Juan de Lurigancho con el Rímac por supuestos derrumbes que después se sabría que eran subsanables. Hoy, ocho meses después las obras siguen inconclusas, a pesar de que la tercera parte de los 89 millones de soles que costara la obra ya están invertidos en la obra.
A esto también le sumamos las demoras en el inicio de la tan mentada “Línea Amarilla”. Este proyecto adjudicado a una constructora brasileña, y que conectará los distritos de Surco y el Callao en tan solo 18 minutos, hasta la fecha no se ha iniciado.
De acuerdo con el regidor Altuve, este proyecto está paralizado porque hasta el momento no se ponen de acuerdo tanto el municipio, la constructora y los pobladores quienes serían desalojados de sus viviendas para dar inicio a la obra.
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