Enérgica, directa, sincera hasta la saciedad, Natalia Málaga quiere la máxima concentración de sus dirigidas en los torneos internacionales. Su estilo destemplado, sus gritos y sus iras serán callados cuando la selección juvenil logre tocar la gloria. ¿Será?
Para Natalia Málaga no existe el ‘pudo ser’. Sus ‘ajos’ parecen ser el condimento que sazona la disciplina que ha impuesto a las juveniles. Actual entrenadora del equipo menor de vóley, Málaga se muestra firme en la forma cómo maneja a su equipo, y, a pesar que sus detractores critican su manejo del cargo, Natalia no piensa cambiar su estilo. "Natalia toda la vida ha sido como la vemos. Yo era la mas tranquila del grupo por eso se agarraba conmigo. Es importante aclarar que cada persona tiene su estilo como dirigir a sus chicas”, comenta Gina, compañera de trofeos
Mientras el grupo de chicas que ella entrena no alcancen la “perfección” ella afirma que les seguirá exigiendo y reclamando al grupo. “Si no creyera que pueden dar más, no las jodo, pues. Sino para qué jugar, mejor irse a casa”.
Como bien lo dice Cenaida Uribe, su estilo es consecuencia de su personalidad. “Yo no voy a estar pensando si a la gente le gusta mi manera de hablar. Si no les gusta, que cambien de canal o apaguen el televisor. Que digan lo que quieran. Es mi problema con las chicas”, se aferra.
Más allá de su actitud crítica frente a sus dirigidas, lo cierto es que Natalia tiene una ardua labor para que en los próximos torneos la selección juvenil tenga el nivel glorioso de triunfos pasados que muchos recuerdan con una dosis de nostalgia.
Escribe: Héctor Vargas
Mientras el grupo de chicas que ella entrena no alcancen la “perfección” ella afirma que les seguirá exigiendo y reclamando al grupo. “Si no creyera que pueden dar más, no las jodo, pues. Sino para qué jugar, mejor irse a casa”.
Como bien lo dice Cenaida Uribe, su estilo es consecuencia de su personalidad. “Yo no voy a estar pensando si a la gente le gusta mi manera de hablar. Si no les gusta, que cambien de canal o apaguen el televisor. Que digan lo que quieran. Es mi problema con las chicas”, se aferra.
Más allá de su actitud crítica frente a sus dirigidas, lo cierto es que Natalia tiene una ardua labor para que en los próximos torneos la selección juvenil tenga el nivel glorioso de triunfos pasados que muchos recuerdan con una dosis de nostalgia.
Escribe: Héctor Vargas
No hay comentarios:
Publicar un comentario