miércoles, 17 de noviembre de 2010

Urge nueva ley para el cine



Cine nacional sigue sorprendiendo al Perú y al mundo entero, una nueva ola de cineastas recupera nuestra identidad nacional. El Congreso evalúa nueva Ley para continuar con los éxitos



El cine peruano vive uno de sus momentos más felices. Como nunca varios films están ganando una serie de reconocimientos a nivel internacional. Al éxito de la Teta Asustada de Claudia Llosa hoy se suma Octubre y Contracorriente. Sin embargo sabe usted amigo lector que pudieran haber muchísimas más películas participando en los diferentes foros mundiales si es que tuvieran un mayor apoyo del estado.

Para impulsar esta actividad el Congreso hace años dio la Ley 23670, mediante el cual se contemplaba un aumento significativo dentro del presupuesto nacional para apoyar a la industria cinematográfica, lamentablemente como tantas otras normas que el legislativo aprueba y no se cumplen esta también corre la misma mala suerte.

Nueva ley

Ante el fracaso de la Ley 23670 debido principalmente al incumplimiento presupuestario por parte del Estado, el Congreso viene estudiando una nueva norma.

Después del éxito de la Teta Asustada el Congreso propició la presentación de dos proyectos de ley: uno presentado en marzo del mismo año por el congresista aprista Jhony Peralta y otro en junio por el congresista fujimorista Carlos Raffo.

El objetivo de estas leyes eran complementar la existente, promulgada en 1994, la cual crea un sistema de concursos cuyos premios debían asignarse al presupuesto anual. Empero, el Estado nunca asignó el total de los montos estipulados al Ministerio de Educación, por lo que los concursos se hacían siempre con retraso.

El medio local del cine se dividió: un gremio, la Asociación de Productores Cinematográficos del Perú (APCP), y las once principales empresas de exhibición y distribución de filmes en el Perú apoyaban el proyecto del congresista Raffo, mientras que la Unión de Cineastas Peruanos (UCP) se fundaba para rechazarla y apoyar, a su vez, a la denominada Ley Peralta. El 30 de octubre, en un foro en el Congreso, se hizo pública esta división y no se llegó a ningún consenso.

Sin embargo, en febrero de este año, Peralta y Raffo llegan a un acuerdo y presentan un proyecto común: básicamente el que originalmente presentó Raffo, pero con algunos añadidos. El proyecto se presentó a fines de marzo. Empero, a principios del mismo mes, comenzando la nueva legislatura, el presidente de la comisión de Educación y Cultura, Werner Cabrera, rescató el proyecto original de Peralta y lo hizo suyo.

Hoy nos encontramos, entonces, ante un panorama dividido: el nuevo proyecto Raffo-Peralta (que mantiene la base política del original y apoyado por la APCP, exhibidores y distribuidores); y el de Cabrera, impulsado por la UCP y los congresistas de la bancada nacionalista. Las pugnas de cariz ideológico continúan entre ambos bandos, mientras el cine peruano espera. Ahora se trata de no focalizarse en los adjetivos, sino en ver qué formas legales y qué porcentajes se pueden negociar para alcanzar un consenso.

Dos cabezas
El meollo de la discusión recae en dos puntos centrales: la exoneración del impuesto municipal del 10% a los espectáculos públicos no deportivos (IEPND) aplicado al boleto de cine y, posteriormente, sobre esta base, la creación de una forma de recaudación que alimente de manera confiable las arcas del Consejo Nacional de Cinematografía (Conacine). Este dinero buscará darle una inyección de dinero a la producción, promoción, distribución y exhibición de películas peruanas, además de ayudar a la capacitación de futuros profesionales del cine en nuestro país. Actualmente el Perú produce solo seis películas anuales.

En el primer punto no hay discordancia entre los proyectos de ley. El problema aparece en la segunda materia de discusión. El proyecto Raffo dicta que una vez eliminado el impuesto se cree un convenio en el que los distribuidores y exhibidores se comprometen de manera voluntaria y temporal a dar un 3,33% de sus ingresos de taquilla a Conacine. El restante iría a una supuesta rebaja de los precios de las entradas al cine y en una inversión para la creación de multicines en distintas regiones del país. Sin embargo, la expresión “voluntario y temporal” ha encrespado los ánimos debido a la no obligatoriedad ni la perpetuidad del aporte que bordearía los S/.8’000.000.

Al no poder plantear en sus proyectos un impuesto con un fin predeterminado para el cine peruano, la Ley Cabrera plantea crear una contribución para fiscal: una forma de recaudación que esquiva a la fiscalización del Estado y que se aplica en la ley de cine colombiana.

Controversia

Los puntos de vista sobre las formas de recaudación planteadas por ambos proyectos están enfrentados. Christian Wiener, presidente de la UCP, afirma que esta forma de recaudación se aplica en instituciones como Senati y Sencico y que es totalmente legal. “Una ley debe contemplar obligaciones, no convenios que son de naturaleza privada”, señala.

Por su parte, el presidente de la APCP, el cineasta Augusto Tamayo, señala que esta no es la mejor solución, pero que sin duda se harán modificaciones al convenio planteado por la Ley Raffo. “Nosotros les hemos dicho a los congresistas que para mantener nuestro apoyo debían eliminar la figura de temporal y voluntario. Si no, nos vamos a retirar. Nadie quiere un impuesto para un área específica. Los congresistas no quieren meterse en ese pleito. Por eso, ese proyecto es inviable”, sostiene Tamayo. Consultado sobre esto, el congresista Carlos Raffo señaló que se hará una modificación en el tiempo del convenio planteado por su proyecto de ley a un horizonte de cinco años.

Los exhibidores y distribuidores, en tanto, están abiertos a escuchar nuevas propuestas y vías legales, sea este un convenio o una contribución para fiscal. “La idea es sacar lo más adelante posible este proyecto”, declaró Brian Pritchett, gerente general de UIP en el Perú y Bolivia.

Otra de las rencillas proviene del aspecto de derechos laborales que afecta a más de 3.500 trabajadores en cine y televisión. Ambos proyectos de ley piden adecuar estos a las normas que regulan la prestación de servicios temporales en el Perú.

Sin embargo, la Ley Cabrera exige horarios fijos, jubilación, entre otros beneficios sociales que resultan inconcebibles para la APCP debido al carácter temporal de una filmación

Entre los aspectos contemplados por ambos proyectos en los que sí parece haber consenso destaca la implementación de la cinemateca nacional, además de la creación de un porcentaje destinado al financiamiento de proyectos cinematográficos en distintas regiones del país. Empero, la forma de financiar ambas propuestas es poco clara en ambos proyectos.

Ante tanto ruido, Luciana León también ha presentado un proyecto para el cine, pero como las dos anteriores sigue en compás de espera mientras nuestra industria cinematográfica hace lo imposible para sobrevivir.

Claudio Cordero: “Estamos en constante trasformación”

El director de la revista “Godard” y crítico de cine, Claudio Cordero, resaltó algunos de los aspectos del crecimiento del cine peruano. “Este ha sido un año positivo para nuestra industria cinematográfica, hubo 3 películas que han ayudado a promocionar el cine en el extranjero, en darle buena imagen, prestigio, no necesariamente por ser las mejores que se hayan realizado en el país, pero lo importante es que están teniendo visibilidad y ello están permitiendo ponernos en el ámbito internacional, como es el caso de: “Paraíso”, “Octubre” y “Contracorriente”, este último con una buena acogida”, señala.”

Además señaló que mientras en el país existan dos tipos de cine no se verá un crecimiento constante. Por un lado, dijo está el cine industrial, en donde citó dos películas peruanas muy taquilleras que apuntan a un público con fines lucrativos, como “Mañana te cuento” y “Motor y motivo”, y el otro, el llamado cine representativo, un claro ejemplo “La Teta Asustada”. “A partir de este panorama, podemos observar que el cine peruano está en constante transformación, y sujeto a avances y retrocesos, en un proceso de cambio, en donde los principales beneficiados de este proceso serán los directores y el público en general”.

Actualmente el cine en el Perú se perfila de manera más optimista y uno de los factores que ha permitido la mejora en la situación del cine nacional, ha sido la creación en 1997 del Festival El Cine de Lima, convocado anualmente por la Pontificia Universidad Católica del

Perú y que se ha convertido en un medio para dar a conocer al público la evolución de nuestro cine.

No hay comentarios:

Publicar un comentario