La directora del Instituto de la Memoria, Mariella Guerra, dice que como parte del tratamiento que reciben los pacientes con Alzheimer en el instituto que ella dirige, se desarrollan actividades de socialización, estimulación intelectual, ejercicios de memoria, pero también implica una medicación, y un trabajo permanente con los familiares y sobre todo con el cuidador.
El cuidador es la persona dentro de la familia que asume la mayor responsabilidad en la atención del enfermo. Aunque también puede ser alguien ajena a la familia. “El riesgo más grande que tienen estas personas es el conocido ‘síndrome del cuidador’, que conduce a estrés laboral y afectivo, cansancio, cefaleas, ansiedad e incluso una fase de vacío personal, que suele aparecer cuando el enfermo ha ingresado en una residencia o ha fallecido y el cuidador tiene que aprender a vivir sin él”, sostiene Guerra.
Por ello existe un programa para cuidadores que brinda dentro de su institución. Los requisitos mínimos que se piden es que tenga quinto de secundaria, sentido común, y que pase una evaluación psicológica. La institución, dice la doctora, les enseña ejercicios para que pueda realizar con el paciente, como movilizarlo y otras aptitudes necesarias para el cuidado de la persona.
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