Penales hacinados, poco personal de seguridad, infraestructuras obsoletas son entre otros, los principales problemas que aquejan al sistema penitenciario peruano. Ahora se dice que se va aumentar el presupuesto al INPE. ¿Esta vez será verdad?
La reciente fuga de 17 internos del penal de Challapalca, Puno, ocurrida la madrugada del domingo 19 de febrero, y en la que estarían involucrados algunos trabajadores del Instituto Nacional Penitenciario (INPE), ha puesto nuevamente en debate la situación de las cárceles en el país.
El problema de los penales en el país no es nuevo. Durante el gobierno aprista se hablo de que no era posible tener tantos internos y a su vez pocos efectivos del INPE para su cuidado. Asimismo que los establecimientos penitenciarios no podían seguir funcionando sin los equipos necesarios para mantener una buena seguridad dentro y fuera de las cárceles.
En aquella oportunidad, miembros del Ejecutivo aseguraron a los cuatro vientos un aumento significativo al presupuesto del INPE para la construcción de más centros de reclusión, así como la compra y modernización de equipos de seguridad. Inclusive la Comisión Permanente del Congreso de la República con el fin de destugurizar las cárceles del país aprobó un proyecto para permitir el uso de grilletes electrónicos para los presos condenados con penas no mayores a seis años. Lamentablemente todas estas buenas intenciones, quedaron en promesas.
Dos años después de esos ofrecimientos, a pesar de contar con un nuevo gobierno, el presupuesto del INPE en vez de aumentar ha sido reducido. Para este año solo se le ha asignado 350 millones cuando el año pasado se le destinó 370. Es decir, 20 millones menos.
De los equipos que se iban a instalar para mejorar la seguridad interna y externa de los penales, apenas si se adquirieron algunos y solo para uno que otro establecimiento.
Del proyecto del uso de los grilletes electrónicos no se sabe nada. Toda parece indicar, como dice el excongresista aprista, Aníbal Huerta, que fue enviado al archivo.
No cabe duda, como señala una fuente del INPE, que a los diferentes gobiernos de turno poco les ha importado la situación de los presos del país. ¿Es así cómo se piensa reinsertar a la sociedad a los que delinquieron?, se pregunta este agente estatal.
La falta de centros penitenciarios en el Perú ha llevado a que los presos primarios (reos de poca peligrosidad) convivan con los de alta peligrosidad o reincidentes.
De acuerdo con Alejandro Solís, abogado penalista y catedrático de la Universidad La Católica, la convivencia entre estos dos tipos de delincuentes ha generado que las posibilidades de reinserción se reduzcan a niveles ínfimos, muestro de ello es el gran nivel de reincidencia que evidencian los partes de ingresos a las cárceles.
Falta construir más cárceles, hoy solo se cuenta con 86. Además se requiere de más personal de seguridad del INPE. Actualmente solo se tiene 3,000 agentes que tienen una jornada de 24 horas de trabajo por 48 horas de descanso, para una población penal que ha superado los 50,000 internos.
Además, los efectivos policiales que brindan seguridad externa de los penales no superan los 600 en todo el Perú.
Tras la fuga de 17 delincuentes del penal de Challapalca, el presidente Humala ha dado conocer que se contratarán a 1,000 agentes penitenciarios, sin embargo fuentes del INPE aseguran que por el número de reos que hay en el país se requiere tomar los servicios de unos 3,000.
Infraestructura
En una reciente entrevista a un medio local, el expresidente del INPE, Wilfredo Pedraza, ha asegurado que un buen número de los penales del país están en pésimas condiciones de infraestructura, principalmente los de provincia.
Según Pedraza, salvo algunos establecimientos (incluido la de Challapalca cuya fuga fue producto de la corrupción de algunos agentes de seguridad), urge reubicar a los presos de 11 penales del interior porque sus infraestructuras son precarias debido a la antigüedad de sus construcciones.
“A pesar que se hicieron durante mi gestión mejoras en varias cárceles, estoy seguro que por acción del tiempo muchas de ellas se habrán convertidos en verdaderas coladeras donde en cualquier momento se pueden producir varias fugas masivas”, señala Pedraza.
En el Perú existen 86 establecimientos penitenciarios, de los cuales el INPE administra 66 y la Policía Nacional el resto.
Mientras para las autoridades de turno el problema penitenciario no sea un tema primordial, no solo se producirán fugas de internos en el país, sino que habrá muchos que vuelvan rápidamente a las cárceles ante la falta de una buena política de reinserción a la sociedad que les permitan ser útiles para ellos mismos y sus familias.
SEPA:
1.- Un agente de seguridad del INPE gana 1,100 soles al mes.
2.- Por riesgo de vida, el personal tiene un seguro de 50 soles.
3.- Actualmente trabajan en el INPE, 6,200 personas aproximadamente.
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