Una teoría sobre el origen de la infidelidad es la que tiene el psicoterapeuta, Fernando Maestre, quien sostiene que las personas que son infieles tienen por característica primordial la facilidad de relacionarse con una o más personas en especial con las de su sexo opuesto cada vez que se le presente la oportunidad.
En algunos estudios realizados se encontró un gen específico que es común a todas las personas que son infieles con sus parejas, y que concluye que el asunto es psicobiolóv gico.
De acuerdo con Maestre, si una persona no tiene una pareja estable es porque aun posee algo inconcluso de su infancia. Lo que en psicoanálisis se podría entender como que aun no se produjo el corte con los padres “complejo de Edipo” o que aun no pueden encontrar algo o alguien a quien está buscando.
“Las personas que comenten infidelidad de manera reiterada, se debe a que acarrean desde su niñez una gran insatisfacción que posiblemente está vinculada a la falta de afectos y atenciones de las o la persona que fueron significativas para ellos”, dice el psicoterapeuta quien agrega que la persona infiel ignora que su actitud se debe a la carencia que posee pero siente una necesidad interior que la impulsa a tratar de cubrir el vacío que nadie puede llenar manteniendo relaciones afectivas o sexuales con distintas personas. “La infidelidad está muy relacionada con la mitomanía, puesto que es una de las características de aquel que lo comete”, dice.
Aunque también existen diversos tipos de infieles: el infiel patológico, es el más susceptible de todos, tenemos al común y corriente, el sin patología. Siempre se ha visto más posible la infidelidad masculina, sin embargo está claro que quienes tienen una mejor autoestima y sufren menos carencias afectivas tienen menos posibilidades de ser infiel.
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