miércoles, 24 de octubre de 2012

¿Qué hay detrás de la fiesta de Halloween?

Miles de niños y jóvenes durante la fiesta de Halloween le rinden culto a la muerte en la creencia que esta festividad no tiene nada de malo. Sin embargo, reportes policiales señalan que en estas fechas se registra un mayor número de asesinatos y desapariciones de adolescentes. 

Cada año se hace más popular la celebración de la “fiesta” de Halloween o noche de brujas. Los niños, con la plena aprobación de sus padres, salen todas las noches del 31 de octubre, con trajes de fantasmas, vampiros, calaveras o demonios, a pedir dulces casa por casa. Por su parte, los jóvenes vestidos también con atuendos alusivos a la muerte y el terror beben y fuman dando riendas sueltas a sus bajos instintos.
Mientras tanto los supermercados adornan sus vitrinas con calabazas, murciélagos y avisos de color negro, naranjo y rojo. Prácticamente casi todas las personas están abrazando la costumbre de Halloween, con un sentir complaciente y convencidos de que no existe nada oscuro en esta festividad. Sin embargo, la realidad nos dice todo lo contrario.
Cada año los medios de comunicación nos dan cuenta que durante estas fechas extrañas muertes acontecen. Así por ejemplo, en octubre del 2011, la policía reportó el fallecimiento de cinco personas en Arequipa, cuyos cuerpos presentaban miembros mutilados. En el 2010, dos niños sin cabeza fueron hallados un día después de esta fiesta. Y así podríamos enumerar una serie de asesinatos no solo en el Perú sino en todo el mundo.
Probablemente usted no lo sepa, pero el 31 de octubre es el día más importante para los brujos, ya que esa fecha según las leyendas salen al mundo miles de espíritus malignos para atormentar a los vivos. 
Si bien todas las personas han escuchado o saben de esta festividad, la mayoría no tiene idea del verdadero origen del Halloween y qué significado tiene.
El nombre Halloween es una transliteración derivada de la expresión inglesa “All Hallows Eve”, que significa “víspera o vigilia de todos los santos”. 
Esta festividad deriva de los ritos de los sacerdotes celtas llamados Druidas. Los celtas eran tribus expandidas en parte de Europa y sus creencias religiosas estaban basadas en el politeísmo (varios dioses). Uno de estas divinidades era Samán, dios de los muertos. Los sacerdotes Druidas, acostumbraban a reunirse cada año al final del verano e inicio del invierno (entre octubre y noviembre) para orar al dios Samán y a miles de espíritus malignos, con el fin de conocer predicciones para el año próximo.
 Cabe señalar que los celtas creían que en ese día en la frontera entre los vivos y los muertos se abría un portal que permitía a los espíritus de los muertos salir.
Por ello se homenajeaba también a los familiares fallecidos, de allí su relación con El Día de los Muertos, que  tiene como fecha central el 1 de noviembre de todos los años. 
Como no todos los espíritus eran buenos, lo celtas inventaron fórmulas para protegerse. Una de esas fórmulas consistía en hacer que las personas se vistieran con pieles de animales y llenaran sus casas con telas de araña, huesos y sapos para supuestamente hacer creer a los espíritus que aún estaban en el cementerio y así siguieran su camino. 
Mientras tanto los sacerdotes iban de casa en casa pidiendo comida y vírgenes para sacrificarlos como ofrenda a su Dios. 
Luego de que los romanos conquistaran los territorios de los Celtas (Escocia, Irlanda, Francia), por el año 43 a.C., se añadió a la festividad de los Druidas, la invocación de Pomona, diosa romana de los árboles frutales y cuya celebración era el 31 de octubre.
A esta mezcla de festividades de corte pagano, se le añadieron un sinnúmero de costumbres, tales como el encender fogatas, divertirse con frutas y formar caras con calabazas huecas encendiendo velas en su interior. 
Con la llegada de los irlandeses a los Estados Unidos a finales del siglo XVII, esta costumbre se extendió por toda América.
Tristemente debemos reconocer que en el Perú, cada año esta costumbre pagana viene ganando más fuerza y popularidad entre los niños y jóvenes. Muchos empresarios lo saben, por eso adornan sus locales con calaveras, arañas, brujas y ofrecen atractivas ofertas de disfraces. El año pasado, por ejemplo, gracias al Halloween las ganancias de la tienda “Bombón Rojo” crecieron en un 300%. 
¿Similitud o casualidad?
Si analizamos lo que los sacerdotes celtas hacían, podremos llegar a la conclusión que está renaciendo la antigua fiesta pagana. Con una simple mirada a los hechos, nos daremos cuenta que la historia se está repitiendo. Cada 31 de octubre la noche se vuelve un caos donde solo sufren los inocentes y las personas decentes. 
Aunque parezca inocente ver a niños y adultos celebrando la festividad disfrazados de demonio, diablo, bruja, fantasma, monstruos o duende, de alguna manera esta mala costumbre se relaciona con ese tributo que se le rinde a esas antiguas fuerzas malignas que, obviamente, todavía agobian al mundo. Conociendo el origen y el significado del Halloween, vale la pena reflexionar si todavía queremos que nuestros hijos o nosotros mismos nos disfracemos de figuras malignas para celebrar esa infame noche que, aunque usted no lo crea, es aprovechada por miles de brujos y satanistas para orar por la propagación del mal. 

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