jueves, 14 de noviembre de 2013

¡Esto también es violencia!


Silbidos, miradas intensas, ‘piropos’ subidos de tono, persecución y tocamientos, son algunos de los actos que sufren las mujeres a diario cuando salen de sus casas. No por nada el 68% de ellas refiere sentirse insegura en las calles.

La violencia no solo se manifiesta en lo físico y psicológico, como erróneamente se suele creer, sino también en el hostigamiento y el acoso. Según estudios de una universidad de la capital, en este año, siete de cada 10 mujeres entre 18 y 29 años en el interior del país ha sido el blanco de, por lo menos, una de las tantas formas de hostigamiento que se escuchan o ven en la vía pública, mientras que en la capital, son 9 de cada 10. 
Frases como “quiero tenerte en mi c…”, “estas de la p …”, son solo algunos de los dichos que la mayoría de los varones dicen (porque son visto como algo normal) cuando ven pasar a alguna mujer. 
Producto de esta realidad, el 68% de las mujeres reveló, en esos estudios, sentirse insegura cuando caminan solas por la calle. Y razón no les falta. 
A pesar que este tipo de conducta frecuentemente cruza la línea de lo legal, muchos no lo consideran una forma de violencia y hasta lo toleran. ¿Por qué? Según la doctora Patricia Sarmiento, representante de los Derechos de la Mujer de la Defensoría del Pueblo, es debido a los roles de género que los padres inculcaron a los hijos. “Al hombre se le enseña a ser fuerte y a la mujer débil, idea que luego es reforzada en las escuelas, de ahí que no sorprenda tener una sociedad tan permisiva a estos hechos. Además, que en muchos casos, la mujer no responde a los agravios por temor a ser violentadas físicamente”, sostiene.
Por su parte, la coordinadora del Observatorio Virtual Paremos el Acoso Callejero, Elizabeth Vallejo, afirma que para muchos, estas agresiones son como “invisibles” por el simple hecho de que no dejan marcas, es rápida, los responsables son desconocidos y por lo tanto, difícil de registrarlos. “A parte de camuflarse entre la multitud, la gente no les presta atención porque se cree erradamente que son ‘piropos’ o ‘galanterías’ y la cultura inculca que el hombre, por naturaleza, es así y que son las mujeres que lo provocan”, refiere.
Machismo, acoso, agresión. El macho de la calle con la llegada del Internet ha migrado a las redes sociales desde donde viene denigrando, burlándose y ofendiendo a las mujeres. Recientemente una página llamada “Macho peruano que se respeta”, que promueve todo eso, fue premiada por el jurado de Social Day, comunidad que premia a bloggers y páginas de redes sociales, por ser la más visitada. ¡El colmo! Premiaron una página como esta en un país en el que se han reportado 1,190 denuncias por violación sexual en los tres primeros meses del año, según el Ministerio de la Mujer.
¿Cómo paramos esto?
Para Vallejo Rivera la única manera de cambiar el ‘chip’ es entrar al sistema educativo, que no se estereotipen a los niños y que los profesores no alimenten esas ideas, “porque se piensa que el agredir a una mujer reafirma la hombría y un verdadero hombre no hace eso”.
Mientras tanto, la doctora Sarmiento considera que debe haber un compromiso del Ministerio de Educación para trabajar junto con las municipalidades en la elaboración de campañas sostenidas en el tiempo que alerten de este peligro. Idea que es compartida por la directora del Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de la Mujer (Cladem) Perú y de Flora Tristán, Liz Meléndez, quien señala que campañas de esta naturaleza permitirán darle un nombre a estos tipos de violencia. 
Precisamente hace algunos días, la Municipalidad de Lima lanzó una campaña llamada “Yo viajo segura en el Metropolitano” que busca prevenir y dar respuesta al acoso sexual del que puedan ser víctimas las niñas, adolescentes y mujeres en los buses y estaciones del Metropolitano.
Ivonne Yupanqui, responsable del Programa de Equidad de Género de la Municipalidad de Lima, explica que -de acuerdo al protocolo de acción- el personal del Metropolitano una vez producida la agresión acudirá con la víctima y el agresor a la comisaría más cercana para hacer la denuncia respectiva. Como siguiente paso, se contactará con el Warmi Wasi (Casa de Atención Integral contra la Violencia hacia las Mujeres y Niñas) para que de forma inmediata la víctima reciba asesoría legal gratuita. “El Warmi Wasi hará el seguimiento del caso y brindará asesoría psicológica, entre otros servicios”, dice la funcionaria.
Desde su creación en noviembre del 2011, Warmi Wasi ha atendido a más de 8 mil 700 casos de violencia contra la mujer y la familia.
Si bien el acoso callejero no provocaría necesariamente maltrato físico en el futuro, sigue siendo violencia. No olvidemos que ambas formas son agresiones, ya que si incurrimos en el hostigamiento, estaremos al mismo nivel del que osa levantarle la mano a una mujer. 
De acuerdo con el Ministerio de la Mujer, hasta setiembre de este año, se produjeron 193 casos de feminicidio y tentativas, cifra que supera los últimos tres años.
A pesar de lo que se diga, ambas violencias están estrechamente relacionadas, ya que según Patricia Sarmiento, el móvil en el feminicidio no  siempre son los celos, sino el instinto de poder infundados en el machismo. “La violencia contra las mujeres es una de las herramientas para dominarlas, entonces el tema pasa por romper esa relación para que los niños no tiendan a repetir y que se les enseñe acerca de la igualdad y el respeto”, finaliza. (Javier Peña)
SEPA:
1.- La mayoría de las víctimas y agresores tiene una edad entre los 18 y 35 años.
2.- Con el objetivo de ayudar a las mujeres que sufren violencia la Comunidad Cristiana del Espíritu Santo cuenta con el proyecto “Rahab, rompiendo el silencio”.
3.- El proyecto tiene como coordinadora a la señora Miriam Souza. Y es integrado por las esposas y novias de los pastores.
4.- Si conoce algún caso de violencia escribir al e-mail: proyectorahabperu@hotmail.com o llamar al: 941144592.

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