miércoles, 19 de agosto de 2015

¿Qué dice tu discreción?


A medida que avanzamos el siglo XXI, encontrar modelos de mujeres verdaderamente sabias es cada vez más difícil; lo usual, es hallar todo lo contrario.

¿Cuál es el límite entre el sentido común y la indiscreción? En todas partes podemos encontrar personas que se entrometen en la vida de los demás. Esto puede suceder en la escuela, el trabajo, e incluso en la familia. Sin pelos en la lengua, hacen preguntas invasivas y se entrometen en lo que no se les llama.
Para Núbia Siqueira, columnista del blog de la escritora  y presentadora Cristiane Cardoso, uno de los malos hábitos que muchas personas adquieren a lo largo de la vida es la curiosidad excesiva. Según ella, el deseo de saber sobre los últimos acontecimientos en la vida de los demás es algo desagradable y maleducado.
“Esto no significa que usted debe aislarse o dejar de hablar con quién está a su alrededor. Usted puede hablar con todo el mundo, sin la necesidad de hacer preguntas personales o íntimas”, dice Siquiera.
Evitando esta postura
Si usted tiene el hábito de preguntar sobre asuntos sensibles a cualquier persona, recuerde que no todo el mundo se siente cómodo respondiendo.

[…] Nadie está obligado a responder. Por lo tanto, sepa decir no educadamente y amablemente.

Por otra parte, para evitar la invasión, el primer paso debe venir de usted. Hay mujeres que no saben guardar nada. No sea así. No se exponga sin medida o comparta cada hora de su día en las redes sociales. Esto puede generar la curiosidad y el derecho de algunos de cuestionar sus intimidades.
En otras ocasiones, incluso con todo el cuidado y la discreción necesaria, los curiosos de turno van a querer saber lo que pasa en su vida. Este es el momento de tomar una actitud firme y decidida. La escritora brasileña dice que nadie está obligado a responder; por tanto, agrega, sepa decir no educadamente y amablemente. “Si alguien insiste, pregunte en seguida por el motivo de la pregunta, diciendo: ¿por qué quieres saber? De hecho, la persona será avergonzado y va a pensar dos veces antes de insistir en el tema”, sostiene la escritora.
No olvide que la bondad no es sinónimo de intimidad. Puede ser educado sin contar lo que hizo la semana pasada. (C.M.)



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