miércoles, 11 de noviembre de 2015

¿Qué haces con tus errores?


Los errores forman parte de las personas. Al identificarlos, usted debe comprender las causas y orígenes, para evitar que ellos se repitan. Esa postura indica aprendizaje y crecimiento.

Muchos cuando erran tratan de excusarse y hasta justificarse. Reconocer que se equivocaron, arrepentirse y cambiar no es algo que sea fácil.  Cometer errores es parte del crecimiento. Nadie aprende sin haberse equivocado. El que dice que nunca cometió un error, es un mentiroso. 

“Ah, si pudiera volver en el tiempo, haría todo diferente” o “no puedo creer que hice eso de nuevo. ¿Dónde tenía la cabeza?” Usted, probablemente, ya oyó a alguien decir una de estas frases. Son expresiones dichas por personas que se arrepintieron de sus decisiones.

El problema de esas frases es cuando son muy frecuente de lo que nos gustaría. Si comete las mismas actitudes equivocadas por años y no logra detenerse, usted pudo haberse convertido en una coleccionista de errores.

La escritora y columnista brasileña Tania Rubín aconseja cómo frenar el ciclo de la repetición. “Pare y piense siempre. Antes de arriesgarse a tomar una actitud pregúntese: ¿será eso bueno para mí? ¿Me perjudicará? ¿Qué consecuencias podría haber? Si las respuestas de esas preguntas son negativas o si existe un mínimo de duda, entonces, no será bueno”, aconseja.

Madure
Las fallas solo son beneficiosas cuando aprendemos con ellas y no las repetimos más. La persona que se equivoca constantemente demuestra poca madurez, porque no ve en qué se está equivocando. 

Además de los arrepentimientos, los errores también coleccionan daños, pues toda actitud viene acompañada de una consecuencia.

Muchas mujeres pierden dinero porque no saben controlarse. Otras mantienen un estilo de vida destructiva y perjudican su salud. Están también aquellas que siempre se involucran con hombres equivocados y no saben por qué actúan así. En fin, el sufrimiento es constante y la colección de errores puede ser enorme.

Tania incluso, agrega que la mejor manera de evitar fallas continuas es dejando de actuar por la emoción, el deseo y el impulso.

“Si las personas supieran cuán importante es pensar, reflexionar y ponderar, con seguridad, evitarían muchos errores. No sea inconstante. Analice bien sus pasos y tome decisiones correctas para su vida”, concluye. (C.M.)


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