jueves, 4 de abril de 2013

No engañemos a los jóvenes


Perú ganó fácil a Trinidad y Tobago, sin embargo no todos están felices con ese triunfo. La razón, el bajo nivel del rival.

“Con estos cojos cualquiera juega bien”. Con estas palabras el comentarista deportivo Gonzalo Núñez sintetizó el malestar de la gente tras el partido en la que nuestra selección, integrada mayormente por jóvenes, goleó casi sin despeinarse a Trinidad y Tobago.
Si bien es necesario que los chicos que han aparecido en nuestro fútbol  jueguen, porque solo de esta manera podrán agarrar más experiencia profesional y de paso pulir sus defectos, no por ello los vamos engañar. 
Algo que debiera preocuparnos es que en este proceso la tendencia de escoger rivales de poco fuste ha sido una constante. Ahí tenemos, por ejemplo, los partidos contra Panamá, Costa Rica, Honduras y Túnez.
Algunos dicen que selecciones como España, Francia, Brasil no juegan con nosotros porque para ellos no somos un equipo fuerte que les sirva para medir el nivel de sus jugadores. Argumento que no deja de tener razón. Otros en cambio aducen que no jugamos con esos países porque cobran muy caro. Venezuela para medir fuerzas con España, por ejemplo, tuvo que pagar tres millones de dólares. Todo un platal.
Sea cual fueran las razones, los únicos perjudicados son nuestros jugadores que no tienen la culpa de tener que enfrentarse a selecciones como Trinidad y Tobago. 
Ya sea que tengamos más de un dirigente deportivo inepto, lo cierto es que al empresario que nos vendió este paquete de dos partidos contra Trinidad y Tobago fácil le sería vender arena a los países árabes. 
Felizmente no todo es malo. Este 17 de abril tenemos un encuentro con México en San Francisco (Estados Unidos), una oportunidad más para ver en serio los progresos de gente joven con condiciones para vestir la rojiblanca.
Al frente ya no tendrán un paquete  sino una selección de nivel como los es México. 
En Estados Unidos, jugadores como Yordy Reyna, Alexi Gómez, Miguel Araujo, Diego Chávez, Irven Ávila, Luís García, entre otros tendrán la oportunidad de demostrar que ellos realmente son la nueva generación que nuestro fútbol precisa.
Es hora qué dejemos de engañar a los chicos. Ellos requieren enfrentarse a selecciones fuertes que les ayuden a desnudar sus defectos. No importa si esos partidos se pierden si mañana más tarde nos van a servir para poder clasificar al Mundial de Rusia 2018.

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