jueves, 11 de abril de 2013

¿Qué ocurrió con los gigantes tecnológicos del Japón?


Durante la década de los 80 y 90 los gigantes japoneses de la electrónica: Sony, Panasonic y Sharp, reinaban el mundo. Eran nombres conocidos por todos. Hoy han perdido espacio por culpa de la revolución digital.

Si se quiere tener una idea de lo que ocurrió con la industria electrónica japonesa, basta con dar un paseo en el metro de Tokio.
El transporte subterráneo de la capital japonesa ahora cuenta con cobertura móvil 3G. Pero en este país no está permitido hablar en el teléfono móvil en el transporte público así que todos los que viajan en el vagón están ocupados enviando mensajes de texto.
Y ¿qué marca de aparato usa la mayoría? Un rápido vistazo por el vagón muestra que casi 80% de los usuarios tienen un iPhone de Apple.
Si bien esto no es análisis científico pero la evidencia es bastante clara. Donde una vez la gente solía escuchar un Sony Walkman, hoy quienes dominan son Apple y Samsung, incluso aquí en la tierra de Sony.
La evidencia también puede verse en los resultados financieros. Las cuentas de los gigantes electrónicos de Japón están cubiertas de tinta roja.
Sony quizá logre obtener un pequeño beneficio este año, el primero desde 2008. Se espera que Panasonic (antes llamado Matsushita) arroje una pérdida de US$9.000 millones. Y Sharp, que es mucho más pequeña, está perdiendo dinero tan rápido que no podrá sobrevivir otro año sin una inyección importante de capital.
¿Qué fue lo que ocurrió?
Desafío digital
Según el economista radicado en Tokio, Gerhard Fasol, los gigantes japoneses se han visto dominados por la revolución digital.
Estas empresas, explica, realmente construyeron sus imperios con la fabricación de complejas máquinas eléctricas: televisiones a color, radios, reproductor de casetes, frigoríficos y lavadoras de ropa.
Estos aparatos contenían componentes electrónicos pero básicamente eran dispositivos mecánicos.
Pero entonces llegó la revolución digital y el mundo cambió.
“El Walkman de Sony es un ejemplo clásico”, explica Gerhard Fasol. “No tenía software, era puramente mecánico. Hoy en día es necesario tener un modelo de negocio con software, lo cual es totalmente diferente”.
La revolución digital no sólo cambió la forma como los dispositivos electrónicos funcionan, también cambió el modo como éstos se fabrican.
Todo el modelo de manufactura evolucionó a medida que las compañías decidieron mover su producción a países de bajo costo.
Esto ha colocado una enorme presión en el margen de beneficios de los fabricantes japoneses.
“Basta con ver a Apple”, dice Fasol. “Fabrican iPods y iPhones. Apple tiene un margen de ganancia de por lo menos 50% en esos productos”.
“La gente dice que los iPhones están fabricados en China pero quizás solo 3% del valor de un iPhone se queda en China. Así que hoy en día es difícil volverse rico con solo la manufactura, se tiene que hacer mucho más”, agrega.

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