viernes, 29 de enero de 2016

“Perú no cuenta con un Plan Nacional de Trabajo decente”


Julio Gamero Requena, profesor del departamento de Ciencias de la Gestión de la PUCP, analiza el actual esquema de regulación laboral de Perú.

- En la década de los 90 se adoptó una reforma de flexibilidad laboral que precarizó las condiciones de trabajo¿Desde entonces por qué senda ha caminado el Perú en materia laboral? ¿Cuáles son las consecuencias que se arrastran hasta el día de hoy?
- Si hacemos una línea de tiempo encontraremos que en el 2000, se aprueba la Ley del Régimen Laboral Agrario; en el 2003, la Ley de Promoción y Formalización de las Micro y Pequeñas Empresas que incorpora un régimen laboral especial con menos costos laborales que el régimen general. Para el sector privado uno no encuentra que haya habido cambios, se mantiene igual.

- En esos años se decía que la reforma podría generar más empleo. Sin embargo, las cifras nos dicen que hoy 7 de cada 10 trabajadores son informales. ¿Por qué se sigue creyendo en estos supuestos?
- Hay dos perspectivas que se pueden desprender. Primero, hay una mirada unidimensional que parte de que no se crean empleos, porque crear empleos formales es caro. Una segunda cuestión es que poco más de la mitad de todo el empleo informal, está localizado no en el sector asalariado, sino en el sector del trabajador independiente no calificado que, por definición, es no asalariado. Entonces, ahí no vemos el tema de más o menos costos salariales porque hay autoempleo; ahí más bien el tema es qué cambios en materia productiva se incentivan para que esos independientes se puedan incorporar como asalariados de manera más rápida.

- ¿Entonces precisamos una reforma que abarque todos estos aspectos?
- Correcto. Hay trabajadores que están en la microempresa, hay trabajadores independientes no calificados y están las trabajadoras del hogar. Entonces, son tres colectivos muy distintos. La receta única no da resultado, más bien eso genera menos incentivos a la formalización.

- ¿Cuáles son las consecuencias para un país que mantiene una tasa de informalidad elevada?
- Hay varios. Por ejemplo tener un porcentaje elevado de informalidad en el empleo resta posibilidades de ganar más productividad. Está comprobado que si no se cuenta con trabajadores que tengan relaciones laborales no de plazo fijo, ni temporales, sino de contrataciones de largo plazo no habrá ganancias en productividad.

Otro aspecto, es el tema de la seguridad. Tener mayor informalidad laboral restringe las oportunidades, los procesos y las políticas de poder disminuir la desigualdad.

Otro punto, es que la pobreza y la informalidad están asociadas.

- En el Perú, el trabajador asume el total del aporte a pensiones y está sujeto a tasas de retenciones mayores que en otros países. ¿Qué consecuencias acarrea para los trabajadores estos costos?
- Cuando se indica que la apuesta debe ser reducir la informalidad laboral, lo que debe generarse son los incentivos en el tema tributario, por ejemplo, para que el beneficio-costo para ser formal sea más alto, esta no debe estar en el borde de las fronteras con los ingresos de la informalidad.

- ¿Dónde queda el empleo decente?

- El Perú es uno de los países de la región que no cuenta con un Plan Nacional de Trabajo decente. Hace unos años, se avanzó en términos de identificar algunos indicadores para incorporar la medición del trabajo decente pero eso quedó ahí. (Marilyn Céspedes y Nylva Hiruelas)

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