jueves, 23 de junio de 2016

El ocaso del emporio de Gamarra



La competencia desleal de las prendas chinas y una errada visión de negocio, están llevando a cientos de comerciante a la ruina.

Diógenes Alva es dirigente de Gamarra, lleva más de 45 años en el lugar. Todavía recuerda aquellas épocas en las que solo habían tres pequeñas tiendas, pues en esas cuadras de La Victoria prevalecía la prostitución y la delincuencia. Con los años, la situación mejoró y la zona fue denominada el gran 
“Emporio Comercial de Gamarra”.

Gracias al empuje de sus trabajadores, Gamarra se convirtió en el principal punto de venta de ropa en nuestro país, que años después, comenzaría a exportar a Latinoamérica.

Sin embargo, con la apertura de nuestro mercado al mundo, hoy Gamarra vive su hora más difícil de su historia.

Según la Sociedad Nacional de Industrias (SIN), 1.855 importadores (96% del total) habrían traído 111.161, 339 prendas subvaluadas “made in China”, durante el 2015.

“Se ha cambiado la confección por la importación”, afirma Víctor Oyola, gerente de Confecciones de la SIN. El especialista agrega que los indicadores que están utilizando en Aduanas para detectar el ingreso de prendas al mercado, deben replantearse porque no funcionan. “Nosotros estamos haciendo una propuesta para implementar otros indicadores que hagan evidente que se están ingresando prendas subvaluadas”, enfatiza Oyola.

Desde la SNI han identificado que 264 importadores declaran valores menores a US$5.07/kg, monto menor al valor declarado por Kg de la tela sintética importada de similar origen, lo cual quiere decir que no se está considerando el proceso de transformación de la tela a prenda terminada, pues el costo es cero.  Dichas empresas atienden mayoritariamente al mercado informal ubicado en Mesa Redonda, la avenida Grau y en los jirones Ayacucho, Montevideo y Andahuaylas. Alfredo Sotelo y Américo Chávez, comerciantes de Gamarra, señalan que -por las noches- grandes camiones llegan a dichas zonas, donde comerciantes informales acuden para comprar la ropa y luego revenderla en Gamarra.

“Ahí está la responsabilidad del Estado, son ellos los que, mediante Aduanas o Sunat, deben controlar el precio que los importadores están facturando. Esos organismos del Estado no están cumpliendo su rol”, cuestiona Chávez.

Otro factor
Si bien uno de los factores de la caída de las ventas de Gamarra es la competencia desleal entre productos nacionales y de importación, también es cierto que los mismos comerciantes han tenido una errada visión de negocio, pues el consumidor de hoy en día ya no solo busca precio, sino que también pide comodidad, limpieza y seguridad. Factores que también han generado que las ventas de Gamarra disminuyan drásticamente.

Víctor Oyola señala que de los 5.500 talleres de confección que había durante el 2013, solo quedan 4.500. “Si no se toman medidas en el corto plazo, Gamarra va a ser una zona netamente de comerciantes, no de confeccionistas”, dice.

El empresario Américo Chávez reconoce a dos tipos de importadores: personas que traen prenda subvaluadas de baja calidad y tiendas por departamento que traen ropa a precios bajos. No obstante, reconoce que los factores anteriormente mencionados (poca seguridad, escasa limpieza y desorden) contribuyen a la caída de Gamarra: “Todo eso quita la ventaja que podría tener Gamarra porque aquí hay un gran potencial que puede ser explotado”, expresa. (Gran Angular)


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