jueves, 9 de junio de 2016

Para cambiar, hay que actuar


Para cuidar su cuerpo, no precisa privarse de las cosas.

Quien sube a la balanza y no le gusta lo que ve, promete cambiar y llevar una vida más saludable a partir de ese momento. La promesa incluye “comer bien”, dejar de atacar la heladera y olvidarse de las hamburguesas con papas fritas. En la lista aparecen también las caminatas semanales, pero las promesas no duran mucho tiempo. Y eso tiene un motivo.

Según Oscar Roy Miranda, gerente general de Nutricionistas en Acción, eso se debe a los malos hábitos aprendidos desde pequeño, que lleva a las personas a querer lo fácil, es decir, a preferir las llamadas comidas rápidas y un confortable sofá, en vez de optar por los cereales, legumbres, frutas, y a darse una vuelta en el parque.

Esa relación de amor y odio con los alimentos puede empeorar, porque una buena parte de las mujeres todavía se lanza a las dietas milagrosas que prometen dejarlas en forma.

Cambie de rumbo
No es correcto convivir con la idea de que los alimentos saludables son aburridos o que el ejercicio físico es una obligación.

Es necesario entender que la comida no es una recompensa o castigo. La práctica de la actividad física tampoco debe encararse como un drama.

Alimentarse saludablemente y hacer ejercicios trae muchos beneficios, que no solo se refiere al ámbito de la salud, sino también a lo económico.

“Cuando las mujeres tienen una buena alimentación, su rendimiento laboral y académico se incrementa. Y no solo eso, al mejorar su bienestar evita sufrir enfermedades, que no solo afectaran su calidad de vida, sino también su bolsillo, ya que deberá gastar dinero para curarse”, asegura Roy Miranda.

Tener buena salud, no solo requiere una buena alimentación, se precisa además de los ejercicios.

Según Oscar Roy Miranda, la actividad física es importante porque genera un balance entre lo que comemos y gastamos como energía, evitando la acumulación de grasa, que genera entre otras cosas, problemas cardiacos.


Agrega que el consumo de verduras, menestras, frutas, agua, es decir, tener una alimentación sana, no significa que de vez en cuando podamos darnos un “gustito”. Lo importante, es tener equilibrio, dice el nutricionista. (Redacción)

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