jueves, 23 de junio de 2016

Hemorroides, mal incómodo y doloroso


Afecta a hombres y mujeres por igual. La mala alimentación y la falta de ejercicios inciden en su aparición.

Cuando las personas comienzan a sentir molestias en el ano, la mayoría, por vergüenza y un falso pudor, no acuden al médico. Recién lo hacen cuando ven sangre en las haces.

Para entonces, la mayoría ya sufre de la enfermedad hemorroidal.

Todos los seres humanos tenemos hemorroides, que no son más que unos cojinetes venosos cuya función es ayudarnos a defecar sin molestias.

El problema con las hemorroides sucede cuando estos cojinetes, localizados en las paredes laterales del ano, se inflaman.

Entre los factores de riesgo que ayudan a sufrir de hemorroides están el estreñimiento, la vida sedentaria, los partos múltiples, la falta de ejercicios, las cargas excesivas de peso, etc.
Según el doctor Tomás Borda, dependiendo del lugar dónde se inflamaron los cojinetes, existen dos tipos de hemorroides: el externo y el interno.

El interno aparece en la cavidad anal y generalmente no presenta síntomas al no tener terminaciones nerviosas. En cambio, las hemorroides externas, localizadas por debajo de la línea pectínea, si son muy dolorosas.

La señora Rosalvina Nolasco Paredes cuenta que durante ocho años sufrió de hemorroides internas. “Por causa del estreñimiento y el esfuerzo que hacía varias veces defequé con sangre”.

El doctor Borda refiere que las hemorroides internas son las que usualmente sangran. La externas muy poco.

Tipos
Las hemorroides se clasifican en cuatro grados o estadios.

El grado uno presenta simple dilatación y sangrado sin prolapso. En el grado dos las venas se prolapsan al defecar pero se retraen espontáneamente.

En el grado tres las venas se prolapsan y solo vuelven a su lugar con ayuda manual. En el último grado, estas ya no vuelven quedando la mucosa expuesta en contacto con la ropa interior, lo que ocasiona dificultad para realizar una buena higiene.

En esta fase, el ano se irrita, queda húmedo y presenta picazón, rascado, calor local y probable carcinoma in situ.

El doctor Tomás Borda señala que las hemorroides de grado tres y cuatro precisan de cirugía, ya que estos tipos no se curan por si solas.

Diagnóstico
La hemorroide se diagnostica con la realización de la historia clínica, exploración física general y de la región anoperineal.

Auxiliado de una enfermera, el paciente se acostará del lado izquierdo, y se iniciará con la inspección de la región perianal a través del tacto rectal gentil, con el cual se valorará el tono (presión) del esfínter, la próstata, anexos femeninos y características del conducto anal.

El doctor Borda señala que la rectosigmoidoscopía permite la visualización de la mucosa recto sigmoidea y del conducto anal. Este procedimiento permite excluir o confirmar otros padecimientos locales importantes como fisura anal, absceso perianal, fístula, condiloma, úlceras, prolapso rectal, proctitis (inflamación de la mucosa rectal), tumores y dermatitis.

Las hemorroides no solo afectan a las personas mayores de 40 años, como muchos suelen pensar. 

Hoy en día, por los malos hábitos de vida, los jóvenes también lo sufren.

Según el doctor, las hemorroides se han constituido en la enfermedad más común de los consultorios de los proctólogos.

Nolasco Paredes revela que fueron años difíciles que le tocó vivir, pues ni las cremas y pastillas que el doctor le recomendó le ayudaban mucho.
Cansada de vivir así, Rosalvina se ayudó con su fe al llegar a la Comunidad Cristiana del Espíritu Santo, para reestablecer su salud.

Hoy, siguiendo una dieta rica en fibras y no teniendo una vida sedentaria, vive normal y feliz. (Redacción)

CAMBIO DE HÁBITO
- Evite estar sentado mucho tiempo
- Camina 30 minutos diarios. Y si puede haga ejercicios.
- Bebe ocho vasos de agua
- Consuma frutas y productos ricos en fibra, como brócoli, linaza, etc.

- Restringa la comida ‘chatarra’. 

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