jueves, 16 de enero de 2014

Atrapadas por el vicio

Si hasta hace dos décadas, fumar y beber eran cosas de hombres y de personas adultas, hoy esa realidad ha cambiado. Producto de la moda, el marketing, los problemas familiares y de salud mental, hoy cada vez hay más jóvenes y mujeres cayendo en estas drogas.

Rosa (35) desde que estuvo estudiando administración siempre soñó con tener algún día su propia empresa. Luego de  años de esfuerzo, ella consiguió, conjuntamente con dos colegas suyas, fundar una agencia de turismo. “Por mi trabajo debo estar en muchas reuniones, donde el consumo del alcohol y el tabaco es algo normal. Si antes, ni bebía ni fumaba, ahora lo hago, por lo menos, una vez a la semana. No puedo hacer nada para evitarlo, ya que si lo hago podría ser vista como antisocial, y eso no es bueno para el negocio”, cuenta Rosa.
Así como ella, muchas jóvenes hoy en día vienen consumiendo, y cada vez más, alcohol y tabaco. Y no solo lo hacen presionadas por el grupo, también porque beber y fumar en la sociedad en que vivimos te da estatus, es estar a la moda.
Según el psicólogo de Cedro, Milton Rojas, estos factores sumados a los problemas familiares y de salud mental han llevado a que cada vez se visualice más este fenómeno, aunque ello no significa- todavía- que ellas hayan superado a los hombres en estas prácticas.
 “Desde que hace dos décadas atrás las mujeres comenzaron a ganar más espacios en lo profesional, académico y laboral, hoy estamos observando, y con preocupación, que las mujeres vienen empezando desde muy temprana edad a beber, fumar, y en algunos casos a consumir marihuana, cocaína, entre otras drogas ilegales”, sostiene Rojas.
La preocupación de este profesional se basa no solo en el último Estudio Epidemiológico de Consumo de Drogas en la Población Urbana Peruana 2013 elaborado por Cedro, también en el IV Estudio sobre Prevención y Consumo de Drogas en Estudiantes de Secundaria 2012 realizado por la Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas (Devida).
Las investigaciones de ambas instituciones demostraron que la edad de los que consumen drogas legales (alcohol y tabaco) es cada vez menor. Mientras para Cedro la edad del uso de estos productos oscila entre los 17 y 18 años, Devida señala que esta es de 13 años. 
Asimismo, que la diferencia de acceso al alcohol entre varones y mujeres se ha estrechado. Así tenemos, según Devida, que por cada 10 hombres que beben licor, nueve mujeres lo hacen. 
Un dato preocupante en el Estudio Epidemiológico de Consumo de Drogas en la Población Urbana Peruana 2013 elaborado por Cedro en base a 9,452 encuestados de 13 importantes ciudades del país, es que del 82, 1% de los peruanos que han bebido alcohol al menos una vez en su vida, 3,9% reveló que tuvo algunas veces deseos de consumirlo por las mañanas y 0,5% que siempre los tuvo, siendo esta última información una señal de un posible problema de alcoholismo.
El mismo problema se observa en el consumo del tabaco. Del 54,8% de personas que fumaron alguna vez en su vida, 6,2% dijeron que sintieron algunas veces deseos de hacerlo al despertar por las mañanas, mientras que el 0,9% de consumirlo todos los días, dato que indicaría una posible adicción.
Cabe señalar que la prevalencia del consumo de drogas legales se destaca en los colegios privados. Según Devida, por cada 100 estudiantes de las escuelas públicas que beben y fuman, 153 lo hace en instituciones particulares.
Fácil acceso
De acuerdo con el estudio de Devida, el 36,5% de jóvenes comienza a beber debido a su entorno familiar; el 24.3%, por los amigos del barrio y el 23.8%, por sus compañeros del aula.
Como si fuera poco, el fácil acceso a estos productos legales es alarmante. El 40.3% dijo que fueron sus compañeros los que le ofrecieron alcohol o cigarros en el colegio, mientras que el 38.6% afirmó que los compraba en las afueras de los planteles.
En tanto, el 35.9% de estudiantes precisó que personas ajenas a los centros educativos comercializaba ilegalmente alcohol o cigarrillos.
¿Cómo frenamos esto?
Milton Rojas de Cedro señala que debemos fortalecer el Plan Nacional Antidrogas incidiendo más en el lado del tratamiento, sin que ello signifique descuidar la detección temprana en los colegios y universidades.
Agrega que para este trabajo deben no solo participar el Ministerio de Educación y Salud, sino también los gobiernos locales y regionales, toda vez que ellos cuentan con presupuesto. “Ya es hora que se le dé énfasis a la salud mental de nuestros jóvenes, ya que de no hacerlo tendremos cada vez más personas que se suicidan, asesinos psicópatas, entre otros males”, advierte Rojas. (Raúl Vela)

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