jueves, 30 de enero de 2014

Desordenes mortales

La anorexia y la bulimia son enfermedades autodestructivas que atacan principalmente a las mujeres. Si usted ya está sufriendo de estos problemas, tome nota del siguiente informe.

Ana Cecilia Pachas nos cuenta que a los 15 años tuvo anorexia debido a los problemas en casa. Comenzó a pasar más tiempo en fiestas con amigas, lo que desencadenó una obsesión con su peso. Únicamente comía un par de manzanas y media tasita de leche. “Bajé cerca de 16 kilos, los pantalones talla 28 los usaba con correa y aun así, quería bajar más de peso. Me puse irritante y discutía mucho con mi mamá”, cuenta. 
Al año y medio de estar con este problema pasó de tener 55 kilos, a pesar 40. Creía que no tenía ningún problema, hasta que se dio cuenta al verse al espejo, que no era ella. En esa circunstancia difícil de su vida conoció a Dios quien le dio fuerzas para tratarse y reponerse. Hoy en día está totalmente sana, pero lastimosamente no todos los casos terminan así.
La adolescente Kimberlly Vásquez Caviedes, que a sus 18 años padecía anorexia, se quitó la vida el pasado mes de julio. Sumado a sus problemas emocionales, siguió un tratamiento, pero al no contar con el dinero suficiente, lo abandonó y atentó contra su vida ingiriendo veneno para ratas.
Según el Instituto Nacional de Salud Mental de México, en el mundo 1 de 10 personas con anorexia muere por complicaciones médicas, suicidio o inanición. 
La anorexia y bulimia son enfermedades de origen psicológico, ya que se basan en la obsesión por bajar de peso. El enfermo por anorexia deja de comer, y hasta beber agua, con la excusa de lograr la figura soñada, llegando al extremo de nunca verse bien aunque alcance niveles de desnutrición alarmante. En tanto que la bulimia consiste en comer impulsivamente grandes cantidades de comida para luego expulsarla, por lo general, a través del vómito.
En estos tiempos se exige patrones de delgadez extrema y los medios de comunicación  ‘venden’ la imagen de modelos con cuerpos esbeltos. Esto alimenta el deseo de alcanzar dicha meta ignorandototalmente la salud. Las víctimas son mujeres, debido a que tienen un alto sentido de la belleza y la estética por encima de los varones. Según el psiquiatra Martín Nizama, el creer que se ven mal, aunque no lo estén, radica en un problema neuronal que atrofia a la persona y esto se debe a la falta de atención familiar. “Los problemas, el poco afecto o el abuso sexual produce una baja autoestima. Esto lleva a la persona a redirigir su atención, a veces inconscientemente, a aspectos como el peso y la apariencia de manera enfermiza”, advierte. 
La doctora Diana Pacheco, del centro médico Abint, indica que es una enfermedad mental producida por la inseguridad e inestabilidad emocional que en estos días ataca a menores a partir de los 9 hasta 18 años. “Parte por lo psicológico, al no tener equilibrio de las emociones, se enfocan entonces al peso o al aspecto físico. Los que sufren estos desordenes tienden a huir de los problemas, sufren de inseguridad, depresiones, inestabilidad y miedo al rechazo”, sostiene.
Pero, ¿cómo saber si los hijos están manifestando estos males? Los especialistas advierten que si el menor rechaza o cuestiona lo que come, se mira al espejo más de lo normal, recurre de igual forma a la balanza o repite que se ve gordo o gorda, hay que intervenir inmediatamente. Ahora, si ya sufren de esto, según el doctor Nizama, manifestarán un carácter ‘tiránico’, irritante e irascible. Lo que se debe hacer, agrega, es no hablarles de dietas, sino enseñarles a comer de todo, inculcándoles que el peso no importa, prestarles apoyo, no compararlos con nadie y destacar sus talentos ya que la familia tiene un papel decisivo y lo espiritual, como la fe, es un estímulo fundamental para afrontar la enfermedad y más en el caso de los que siguen un tratamiento.
Secuelas
La bulimia y anorexia provoca otras dolencias. Según explica la doctora Pacheco, las personas que padecen de estos males sufren-entre otras cosas- de problemas musculares y óseos. “Debido a la falta de nutrientes se manifiesta un cutis arrugado, se produce descalcificación, deshidratación, debilitamiento del organismo y disfunción del mismo. En el caso de la bulimia, a causa de inducirse los vómitos, provoca sangrado intestinal, los órganos comienzan a fallar y en el peor de los casos produce paros cardiacos”, dice.
“Para curarse de estos transtornos el  tratamiento dura entre 3 a 4 años, dependiendo de la gravedad del paciente, pero, lamentablemente es caro porque se requiere de una dieta sana y muy cuidadosa, vitaminas adicionales, terapia psicológica y no todos pueden costearlo, por lo que el Estado debería desarrollar un programa en los centros estatales para brindar el tratamiento correcto, indica la doctora Pacheco.
El abandono del Estado para atender estos casos se vio reflejado en la adolescente Kimberlly, cuyos padres no pudieron internarla a un centro particular porque no contaban con los 4,600 soles que le querian cobrar por el tratamiento. (Redacción)

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