jueves, 23 de enero de 2014

“Las autoridades no entienden que la primera necesidad del hombre es comer”

El modelo político-económico vigente, centralista, burocratizada e ineficiente institucionalidad estatal y el contexto hidroclimático amenazan nuestra seguridad alimentaria. El presidente del Instituto Peruano de Desarrollo “Hombre y Tierra” y director de la revista Agronoticias, Reynaldo Trinidad,  nos habla sobre esta problemática.

- ¿Qué desafíos enfrenta el agro para este 2014?
—El gran desafío permanente que enfrenta el agro  es  cubrir las necesidades alimentarias del país, a la vez de sacar de la pobreza crónica al 90% del total de productores que  cumple dicho rol. Obviamente, los factores determinantes para que esto suceda son dos: las políticas macroeconómica  y agraria del Estado, que básicamente deben responder a los artículos 63 y 88 de la Constitución, pero que hasta ahora no lo hacen,  y el contexto hidroclimático que aún es incierto.
- Si uno de los problemas del agro es la falta de agua, ¿por qué no se priorizan las obras de trasvase de aguas sobrantes de cuencas superavitarias a cuencas deficitarias? 
—El reto del agua para el Perú va mucho más allá  de los posibles trasvases y obras similares. Pues el calentamiento global y la desglaciación están extinguiendo a las únicas reservas seguras de agua dulce que tiene el país (glaciares y nevados altoandinos). Cuando esas masas de hielo desaparezcan, no habrá agua para nada y para nadie, menos aún para trasvasar. Entonces, el gran desafío para el país en conjunto será desarrollar la siembra y cosecha de aguas de lluvia en los Andes, mediante zanjas de infiltración, microrreservorios mediterráneos, plantaciones arbóseas, sistemas forestales y otras alternativas ya identificadas por  la ingeniería. Si no comenzamos hoy a hacer esto, pronto  tendremos  inseguridad alimentaria y energética por falta de agua.
 - ¿Por qué es cada vez más costoso cultivar la tierra en el país?
- El modelo político-económico vigente, centralista, burocratizada e ineficiente institucionalidad estatal así lo determinan.
- ¿Hasta qué punto la masiva migración de jóvenes del campo a las ciudades viene perjudicando a este sector?
- Por un lado, aquí se quedan solo los  adultos y viejos, sea por atavismo o por no poder emigrar. Y por otro, la incesante  fuga de los jóvenes se refleja en una creciente escasez de mano de obra en el agro. Todo esto ocurre no porque las nuevas generaciones rurales aborrezcan su origen, sino porque las actividades agrarias son mayormente irrentables. Una situación superable con solo cumplir los artículos 88 y 63 de la Constitución, que otorgan  preferencia al desarrollo integral del agro y defiende a la producción nacional frente a las importaciones subsidiadas.
- ¿Por qué se invierte poco en investigación?
- Los diversos gobiernos de turno -mayormente urbanos- aún no comprenden que la primera necesidad del ser humano es comer y que el único sector que puede satisfacer esta elemental necesidad es el agro, en complementación con la pesca. Adicionalmente, los magros recursos destinados a la investigación son pésimamente invertidos, por las deformaciones propias del manejo burocrático desde Lima Metropolitana y por falta de concertación de planes con los únicos actores permanentes del agro: los productores.
- El ingeniero Cillóniz afirma que el problema del agro no está en la costa, sino en la sierra y selva. ¿Usted piensa lo mismo?
- Coincido plenamente, aunque decir eso es como “descubrir” la pólvora. Sin embargo, no basta repetirlo; sin denunciar, por ejemplo, que el presupuesto estatal asignado a la función agropecuaria en los tres niveles de gobierno equivale a la miseria  del 2% del total o el 0.5% del producto  bruto interno, como si el campo no representara al 25% de la población nacional,  el 36% de la población económicamente activa y el 70% de los alimentos que consumimos todos los peruanos. (Raúl Vela)

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