jueves, 3 de noviembre de 2011

La creación del Midis genera controversias


Como parte de su promesa electoral, Ollanta Humala acaba de crear el Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis).

De acuerdo con la norma de su creación, el nuevo ministerio buscará mejorar la calidad de vida de la población promoviendo el ejercicio de derechos, acceso a las oportunidades y desarrollo de capacidades en coordinación y articulación con diversas entidades del sector público, privado y la sociedad civil.

La pregunta que ahora se hacen algunos analistas y políticos, es si era necesario crear un ministerio para hacer que los millones de peruanos que aun viven en la pobreza puedan empezar a gozar de los beneficios del crecimiento económico que experimente el país desde hace cinco años.

Desde el punto de vista objetivo, todo hace indicar que sí. No olvidemos que aunque el nivel de pobreza a escala nacional ha bajado del 48,6% al 34,3%, entre 2004 y 2009, las diferencias regionales en el campo y la ciudad aun son grandes. Mientras en las zonas urbanas la pobreza está por debajo de la media, en las rurales supera con creces el índice. Esta brecha se nota mucho en la educación, donde el fracaso escolar del niño que va a la escuela en el campo está prácticamente garantizado. El caso de la salud es igualmente escandaloso: mientras en regiones andinas como Apurímac, Puno y Cusco hay dos médicos por cada 10.000 habitantes, en Lima hay 28. Todo esto explica por qué el Perú ocupa el puesto 13 de 17 países latinoamericanos en el índice de la ONU que mide la igualdad de oportunidades.

Revertir esta situación no es imposible, al menos para una parte importante de la población en situación de pobreza, pero eso conlleva, como dice el profesor de la Universidad del Pacífico, Enrique Vásquez, a un proceso de largo plazo y un necesario compromiso tanto de la clase política como de la denominada clase civil.

Para este docente, el reto fundamental del actual gobierno pasa por elevar la generación de ingresos de los pobres rurales y para ello es necesario que se incremente el número de obras, no solo el que hace el Estado sino también la actividad privada. “De ahí la importancia que exista un clima de paz social, económico y político que fomente la inversión en el interior del país”, dice Vásquez.

De acuerdo con la ministra del Mides, Carolina Trivelli, este nuevo portafolio empezará a funcionar con nueve programas sociales y con un presupuesto de 1,200 millones de soles.

Para el también economista Enrique Vásquez, el Midis no puede trabajar con esa suma ya que ello no le permitirá abordar correctamente la heterogeneidad de la exclusión de las mujeres, niños, niñas y adolescentes del área rural.

A su juicio, este ministerio debiera tener un presupuesto de 8,895 millones de soles para distribuirlos correcta y eficientemente, no a los nueve programas sociales como se viene hablando, sino a los 25 que hay en el país.

Recientemente el Centro de Investigación de la Universidad del Pacífico acaba de publicar el documento de discusión “Un modelo de gestión descentralizada por resultados: La fusión de programas sociales en el Perú” del profesor e investigador de esta casa de estudios, Enrique Vásquez.

En dicho documento se sostiene que hasta el 2010, los seis distritos más pobres del país son: Pacanga (La Libertad), Sapillica (Piura), Huarocondo (Cusco), Coyllurqui (Apurímac) Jenaro Herrera (Loreto) y Sauce (San Martín).

Según el investigador de la Universidad del Pacífico, la tarea pendiente del Midis con estos distritos y otras provincias pobres del país es “identificar las brechas en cada uno de los distritos del Perú, diferenciando dominio y ámbito para pensar en intervenir”

En uno solo

Una de las razones del por qué los diversos programas sociales a lo largo de todos estos años no tuvieron los resultados esperados en el país, podemos encontrarlo en el trabajo dispersado que han tenido.

Uno de los retos de este nuevo ministerio, según el analista Carlos Basombrio, es precisamente darle una forma coherente a un conjunto de programas antiguos y nuevos que estaban desperdigados entre el Ministerio de la Mujer y la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM). “Ahora con la creación del Midis se podrá garantizar la reducción de la pobreza significativamente debido a que su trabajo solo estará focalizado a ello, por tanto ahora ya no habrán escusas para justificar un fracaso”, sostiene Basombrio.

No era necesario

Si bien la creación del Midis fue saludado por algunos analistas y miembros de la bancada oficialista en el Congreso, no todos han compartido ese entusiasmo.

Para el congresista Mauricio Mulder del Apra, bastaba con una reingeniería en el Ministerio de la Mujer (Mimdes) para haber logrado que los diversos programas sociales que venían trabajando por su cuenta empezaran hacerla de manera articulada. “Si eso se hubiera hecho, los índices de pobreza habrían caído significativamente sin necesidad de tener que crear un nuevo ministerio”, refiere Mulder.

Por su parte Carlos Bruce, considera que la creación del Midis responde a la necesidad que tiene el partido de gobierno de generar puestos de trabajo para sus miles de militantes que apoyaron durante la campaña. “Está claro que esto responde a un interés político”, dice Bruce.

Si bien el analista Carlos Basombrio no lo dice abiertamente, deja entrever su temor que este ministerio termine burocratizándose como los demás. “Lo peor que podría pasarle a este gobierno es que el Mides se convierta en una agencia laboral para los cientos de militantes nacionalista que hoy pugnan por un puesto de trabajo”, manifiesta el experto.

Sea como fuera, lo cierto es que en algunas zonas rurales los indicadores de calidad de vida son comparables con el nivel promedio de países africanos. En estas regiones del país, el desarrollo económico no ha llegado por lo que la pobreza es más difícil de superar por la misma conjunción de diversos factores que la explican: baja productividad, desnutrición infantil, menor acceso y baja calidad de la educación rural, lejanía, falta de acceso a infraestructura y servicios básicos, barreras culturales, etc.

Revertir esta dramática situación constituirá el principal objetivo para el próximo gobierno. De ahí que el presupuesto del Midis, como sostiene el docente Enrique Vásquez, debe priorizar un presupuesto por resultados y gestionar las acciones de este nuevo ministerio sobre la base de un modelo 3G, que considere un enfoque en el ciclo de vida de la persona.

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