El grupo de Ángeles de la Noche continúa con la labor social. Para ellos ayudar al prójimo no es cuestión de caridad, más bien es un compromiso que asumen con responsabilidad y amor.
Expertos en economía coinciden en que la pobreza en nuestro país, alcanza cifras realmente preocupantes. El ingreso que las familias tienen es insuficiente para tener una vida decorosa. Las personas sobreviven con salarios bajos y es toda una odisea brindar alimento y educación a los pequeños.
Este panorama ha hecho que cientos de personas terminen dejando sus hogares para habitar en las calles. Es por ello que resulta de gran importancia realizar acciones sociales que den oportunidades a la población afectada.
Los Ángeles de la Noche es un grupo voluntario del Cenáculo del Espíritu Santo que siempre está en acción y se reúne con regularidad para ayudar directamente a quienes viven en las calles con las donaciones que con mucho amor y cariño dan los miembros del Cenáculo. Con esto, ellos preparan los kits con comida, ropa, productos de higiene y parten para distribuir a los que más lo necesitan. Además, el grupo también actúa llevando el apoyo y paz espiritual que se encuentran en la Palabra de Dios.
El pasado 15 de noviembre, el grupo visitó el Cercado de Lima, ya que a sus alrededores siempre hay muchas personas necesitadas de alimento, ropa y atención. Quienes viven en la calle son, en general, depreciados por la sociedad, pero con la visita hecha por los Ángeles de la Noche pudieron sentirse como seres humanos, hermanos en Cristo, con la oportunidad de entregar sus vidas en las manos de Dios, ya que entendieron que Él no hace distinción de personas y recibe a quien sea, como se encuentre.
Al finalizar el trabajo, el pastor Lincoln Gonçalves realizó una oración para que Dios bendiga a todos los que presentes.
Los voluntarios terminaron una jornada más satisfechos, porque saben que Dios moverá su mano y ayudará a estas personas a salir adelante, pues la semilla fue sembrada.
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