jueves, 17 de enero de 2013

Twitter o Facebook


Cada red social se ajusta mejor a un perfil.  La del pájaro azul encaja con narcisistas; la del muro, con exhibicionistas.

Las redes sociales cada vez nos invaden más. No por algo 6 de cada 10 personas en todo el mundo están en Facebook o Twitter.  Este año, ¿cuántos más engrosaran la lista de estos dos monstruos?  Depende, si uno tiende más al exhibicionismo o al narcisismo Facebook es la mejor opción ya que ofrece en su muro —el nombre del espacio donde se deposita la información—, un espléndido escaparate para aquellos que sienten necesidad de compartir con el mundo los detalles íntimos de sus vidas. 
Twitter, por el contrario, se acomoda  más al narcisista, a aquel que tiene que demostrar al máximo número de gente posible o listo o gracioso o ingenioso que es, o lo informado que está sobre los acontecimientos mundiales. Twitter, que solo admite 140 caracteres por entrada, es más cerebral; Facebook, donde se publican 750 millones de fotos cada fin de semana, más corporal.
Sin duda, si el propósito es navegar por las redes sociales para conocer gente con fines románticos y/o sexuales, Facebook es la opción para ti —descontando las específicas con este fin, claro—. Twitter, en cambio, es más útil para aquellos a los que les da lo mismo generar admiradores o enemigos, con tal de que se cumpla el requisito primario de que se les preste atención. Twitter es más irónico, esconde más; Facebook es más emocional y más revelador.
¿Es bueno esto para la salud? Según el libro “The Internet Paradox”, cuanto más conectados estamos, más solitarios nos sentimos.
Un artículo en la revista “Atlantic” del año pasado lo resumió así: “Las nuevas tecnologías nos llevan a hacer conexiones más y más superficiales” O sea el diálogo es constante y extraordinariamente extenso, atravesando fronteras y continentes enteros, pero la calidad de la comunicación es limitada. Al no poder ver al otro, al no mirarle los ojos y detectar sus momentos de duda o rabia o vulnerabilidad, uno es incapaz de forjar una conexión humanamente completa, de construir un enlace empático.
En el mundo físico y táctil, uno, tarde o temprano, se delata, por más que pretenda vender una imagen de potente autosuficiencia. Es a través de estos matices, de estas rendijas de la personalidad como se forjan relaciones de auténtica amistad y eso es precisamente lo que Facebook y Twitter tienden a ocultar. Con lo cual las relaciones en las redes sociales llenan los ojos y ocupan las mentes, pero vacían el corazón. Este, al menos, es el argumento de los que dicen que esto no es bueno para la salud mental.

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