Los familiares de los dos peruanos secuestrados por el ELN tienen la esperanza de encontrar aún vivos a sus seres queridos. Se aferran a la historia de este grupo subversivo que ha mostrado ser más un partido en armas que una organización militar.
Mientras unos 2,500 militares y policías colombianos buscan intensamente por cielo y tierra a los cinco hombres, entre ellos dos peruanos, que fueron secuestrados por el Ejército de Liberación Nacional (ELN), mucha gente en el Perú se viene preguntando quiénes son estos subversivos.
Al país mayormente llegan noticias de las FARC, pero en Colombia no solo existe este grupo insurgente armado. También hay otros. Uno de ellos es el ELN que estuvo inspirado en la Revolución Cubana de 1959. En 1962 seis estudiantes colombianos que viajaron a la isla becados por el gobierno de Fidel Castro fundaron la Brigada José Antonio Galán, núcleo de ese movimiento. Su líder fue Fabio Vásquez Castaño.
En julio de 1964 comenzó la marcha guerrillera del ELN, encabezada por los hermanos Marco, Antonio y Fabio Vásquez Castaño. El 7 de enero de 1965, el grupo insurgente atacó el municipio de Simacota, en Santander, allí presentaron un manifiesto a través del cual explicaron los motivos de su lucha armada.
En 1973 el ejército colombiano adelantó la Operación Anorí en la que el ELN fue prácticamente desarticulado: Fabio Vásquez, se refugió en Cuba y fue destituido de su cargo; sus hermanos Marco y Antonio, murieron en el enfrentamiento. Diez años después comenzó la reestructuración de la organización con la Reunión Nacional Héroes y Mártires de Anorí y dos años después establecieron una nueva estructura organizativa, liderada por el sacerdote español Manuel Pérez.
Para el ELN, “el asunto es de vida o muerte: o negocia con el Estado, o su organización declinante acaba por extinguirse o por ser absorbida por su adversario histórico más poderoso, pese a su incalculable revés estratégico actual”, señaló el general (r) Álvaro Valencia Tovar en una columna de opinión en marzo del año pasado. Sin embargo, otros analistas advierten que cuando un grupo armado decide dialogar, hay muchos factores que entran en juego. El militar es un componente, pero no siempre es el definitivo. “El político, en el caso del ELN, es el que pesa”, dice Daniel García-Peña, integrante del Grupo de Garantes y ex alto Comisionado para la Paz.
“Históricamente ha sido más un partido político en armas, que una organización de tipo militar. Le ha apostado más a la acción política que a la construcción de un ejército guerrillero y de ahí su arraigo histórico en muchas regiones de Colombia y su trabajo de base regional”, afirma el especialista Valencia.
Por ello, a pesar de haber sido golpeado militarmente en algunas zonas del país, estudios nacionales y de organismos internacionales sobre este grupo guerrillero señalan que tiene 48 frentes y siete compañías, además que tiene presencia en 22 departamentos de Colombia.
Este es el grupo subversivo a la que enfrentaran los policías y militares colombianos. No tienen una historia sanguinaria como si se puede encontrar en las FARC. De ahí la esperanza de los familiares de los peruanos secuestrados Javier Leandro Ochoa y José Antonio Mamani de poder encontrarlos vivos. (YHM)
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