jueves, 1 de septiembre de 2011

Chile quiso imponernos su hegemonia cultural

Conocer nuevos detalles sobre la Guerra del Pacífico cada vez nos hacer ver que las razones de ese conflicto armado no son como las que nos contaron en el colegio. La historiadora peruana Carmen Mc Evoy recientemente presentó su libro “Armas de persuasión masiva, Retórica y Ritual en la cuenca del Pacifico”, en la cual hace referencia a estos acontecimientos históricos


-¿Qué trató de reflejar con este libro?

-Principalmente ver el ADN del nacionalismo chileno en su vertiente conservadora que es representada por la Iglesia y la vertiente liberal con Benjamín “Vicuña” Makena e Isidoro de Razuri, quienes van a participar activamente en la forja de esa corriente.

- ¿Quiere decir que Chile exacerbó su nacionalismo?

- En efecto, por eso ganó esa guerra porque el nacionalismo que tuvieron fue importantísimo y crucial para que se queden con la victoria.

-¿En la vertiente liberal que características tuvo este discurso?

-Es una guerra cívica donde los ciudadanos en armas jugaron un papel muy importante, pero lo interesante es que yo muevo la guerra del frente externo al frente interno ya que recupero la otra cara de la Guerra del Pacifico de las manos de los historiadores militares para darle una interpretación más cultural y política. Con esto logre descubrir la vieja tradición retorica que va entrenando a una serie de oradores cuya función era la de sembrar en la opinión pública la necesidad de prepararse para la conquista del espacio que según ellos les pertenece, una suerte de trilogía.

-¿A qué se refiere con eso?

- A la Guerra de la Independencia, la Guerra de la Confederación y la Guerra del Pacifico que sería su momento más climático cuando toda la sociedad chilena, no solamente los soldados, sino la ciudadanía en armas se moviliza para llevar a cabo la conquista final de un territorio que creen les pertenece por derecho de trabajo.

-¿De qué derecho está hablando?

-Ellos argumentan que mientras Perú y Bolivia recibieron Tarapacá y Antofagasta por herencia, chile envió a sus mineros a trabajar esas tierras por lo que el desarrollo de esas provincias les da derecho a poseer esos lugares.

-Tengo entendido que este libro lo público en Chile, ¿qué tal fue la acogida en ese país teniendo en cuenta que usted es peruana?

-Muy buena, yo creo que las críticas empezaran a llegar con el tiempo, pero me encuentro tranquila porque ha sido un trabajo muy bien elaborado teniendo en cuenta que me tomó 10 años en buscar las fuentes en Lima y en Chile.

-En su libro usted habla de que ellos (Chile) se jactan de ser el centro de atención y nosotros (Perú y Bolivia) de ser los desordenados y ociosos

- Los chilenos consideran que siendo Perú y Bolivia un imperio en decadencia, ellos tienen la obligación de traer la civilización y la moralidad a nuestros países. Sin embargo, si vemos su concepto de una manera diferente, concluiremos que Lima era el faro de la cultura y Chile el territorio de los presidios.

- ¿Podríamos pensar que Chile nos miraba con envidia?

- Todas las evidencias apuntan a ello. Mientras el Perú fue la capital del Virreinato español, por tanto concentraba todo el poder político, económico y social de esa época, Chile solo era una capitanía.

-¿Cuándo usted dice que Perú estaba en decadencia, se refiere a que estaba sumida en los placeres?

-Si, pero eso no es un invento de la retira chilena sino era porque en esa época los viajeros manifestaban que la capital del país, Lima, era una ciudad muy bohemia pero para los efectos de los discursos nacionalistas que esta emitido en clave masculina es perfecta esta dicotomía, lo masculino era Esparta y lo femenino era Grecia, entonces hay una utilización de la tradición clásica para representar a Perú y Bolivia como los que simbolizan la decadencia de un antiguo régimen que debe ser exterminado. Al final la guerra les hace un favor a estos dos países quienes a punta de cañonazos y bayonetas se incorporan a la modernidad.

-En todo el libro no se menciona la palabra “salitre” como pretexto a la guerra, cosa que me parece extraño

-Claro, porque eso solo fue un pretexto para hacernos creer que la Guerra del Pacífico tuvo como origen un interés económico cuando en realidad lo que ellos querían era imponer una hegemonía cultural sobre nuestro país. De ahí que cuando los invasores tomaron Lima, los historiadores del Diario El Mercurio dijeran que en la Catedral donde se había ungido a los virreyes de la Colonia, Chile iba hacer ungido.

-¿Suena a una especie de guerra santa?

-Es una guerra justa porque hay un pacto secreto como ocurrió en las épocas bíblicas donde los hermanos de José hicieron pacto para asesinarlos. Guardando la distancia, Chile vio en la alianza que firmaron Perú y Bolivia en 1974 como una traición y por eso justificó su guerra.


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