jueves, 22 de septiembre de 2011

“Natalia Málaga no está preparada”

Para el periodista deportivo Ramiro Rodríguez, el profesor Cristofani es un buen técnico, pero que lamentablemente se ha encontrado con una realidad muy distinta a la que él estaba acostumbrado. A su juicio, se prepara la llegada de Natalia Málaga a la selección mayor, cosa que sería el peor error que pudiera hacerse ya que aún a ella le falta experiencia. Sobre el tenis, el también comentarista deportivo, dijo que tenemos futuro ya que se ha trabajado a conciencia en esta disciplina


- La selección mayor de vóley con el italiano Luca Cristofani como entrenador hasta ahora no ha ganado nada, es más, en el último campeonato que se desarrolló en Asia quedamos últimos. ¿A su juicio, esto a que se debería?

- Lo que pasa es que las chicas aún no entienden la filosofía de trabajo de su nuevo entrenador. No olvidemos que nosotros durante años hemos tenido la escuela asiática y ahora estamos tratando de adaptarnos a la europea. Ese cambio, obviamente toma tiempo, habrá que esperar los resultados.

- ¿Usted cree que el idioma esté también siendo una dificultad para que las chicas no entiendan a su entrenador?

- Puede ser que sí, aunque ello no es determinante porque el entrenador tiene un traductor en la cancha.

-A lo largo de los años, la selección de vóley como la de fútbol ha tenido muchos cambios de técnicos. ¿No cree que ello haya sido perjudicial para el rendimiento del equipo?

- Indudablemente eso afecta. Lo que pasa es que hemos estado trabajando de muy mala manera, dándole más importancia al aspecto de los resultados en vez de mirar un proceso de largo plazo como las que se hicieron durante las décadas de los 70, 80 y parte de los 90.

-¿Por qué nunca le han dado la responsabilidad a un técnico peruano?

-Claro que si, se lo dimos a Ramón Aparicio que es un buen técnico nacional pero ya había llegado a su techo, es por eso que tuvo que ser cambiado por otro técnico que tuviera otra forma de ver el juego y que lógicamente traiga novedades en el sistema.

-Muchas chicas de la selección mayor tienen un promedio de edad alto, ¿ya se debe pensar en el recambio generacional?

-Por supuesto, pienso que es el momento de pensar en ver a nuevas jugadoras ya que muchas de las actuales ya están cumplido su ciclo en la selección nacional de mayores. Esperamos que ese proceso se lleve a cabo hoy y no mañana, porque si no va suceder lo de ahora donde el entrenador prácticamente estaba rogando a Leyla Chiuan para que regrese.

-Por lo que ha visto a la selección de vóley, ¿cree que estamos mejorando con relación a la década de los 90 donde prácticamente habíamos desaparecido del mapa del vóley?

-Hemos mejorado, pero aún nos falta mucho para ser la potencia que fuimos en los años 70 y 80, donde ganamos un campeonato mundial y logramos la medalla de plata en una olimpiada.

-¿Qué le falta a la selección para reverdecer viejos tiempos?

-Un trabajo continuado, de largo plazo, y que nos olvidemos de esa mala costumbre de ser resultadistas. Lamentablemente el actual presidente de la Federación de Vóley no entiende eso.

-Tuvimos la oportunidad de conversar con el presidente de la Federación de Vóley y nos manifestó que el profesor Cristofani se quedará hasta el próximo año, ¿usted cree dure tanto tiempo en el cargo?

-No, tengo la sensación de que están tratando de llevar la carrera de Natalia Málaga a la selección nacional de vóley.

-¿Qué la hace pensar así?

-Es porque siento que la están fajando mucho para que consiga resultados en las categorías juveniles y así pueda agarrar experiencia y comande la selección mayor, que es otra cosa definitivamente.

-En el hipotético caso que se dé, ¿sería lo correcto?

-Claro que no, seria un error garrafal debido a que Natalia Málaga con todos los galones que tiene como exjugadora de vóley, no está capacitada para dirigir a la selección mayor debido a que le falta mucho por aprender. Guardando la distancia es el mismo caso de “Chemo” del Solar en la selección absoluta, gran jugador pero como técnico un fracaso, se quemó, esperemos que no suceda lo mismo con Natalia.

-¿Cuál es el punto más flaco que usted observa en Natalia Málaga?

- Su carácter que no le permite mantener la serenidad. Pero una cosa si te digo, una cosa es gritarle y faltarle el respeto a una jugadora juvenil y otra que sea a una mayor. Ahí ella se expone a que le devuelvan con la misma cuchara.

-¿Entonces es necesario que la federación invierta en la capacitación de Natalia Málaga?

-Claro que si, es lo mas lógico por que es la persona idónea para dirigir a las chicas, pero no ahora, quizás unos dos años mas pueda estar apta, ahora no, ella debe irse a hacer cursos a Brasil donde es bien reconocida.

-A todo esto, ¿usted cree que el profesor Cristofani ya se imagine que lo están “cocinando”?

- Yo creo que si, además siento que el no esta contento no por los resultados negativos que obtiene Perú, sino por el entorno que lo rodea. Él como entrenador que viene de un país del primer mundo está acostumbrado a la organización, a trabajar ordenadamente, cosa que acá no observa en la Federación de Vóley. Esa situación le está chocando por lo que pienso que ya se quiere ir.

El tenis peruano no está olvidado

-¿Qué le pareció el rendimiento de la selección de tenis en Paraguay?

-Muy buena. Los chicos, comandados por Luis Horna como su capitán, han demostrado que el tenis en el Perú no está olvidado. Si bien no somos la potencia a nivel sudamericano como quisiéramos, tampoco podemos afirmar que somos los últimos, además por historia, el tenis fue el tercer deporte más visto en el Perú.

-Teniendo en cuenta que muchos de los chicos son jóvenes, ¿tenemos futuro en este deporte?

-Claro, a diferencia de lo que pasa en otras disciplinas aquí se ve trabajo, y eso es bueno porque se ve que hay una buena generación de jugadores que están saliendo y que en dos años darán mucho que hablar.

- ¿Ahora qué nos espera?

- Una vez que sepamos quien será nuestro rival, tenemos que seguir trabajando duro, porque aún no hemos ganado nada. El objetivo es volver a la serie mundial, está difícil pero no imposible.

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