El PT y PSDB a pesar de haberse ganado muchas alcaldías, al final perdieron los bastiones políticos más importantes del país.
Los resultados de las elecciones municipales de Brasil, tanto de la primera vuelta como de la segunda, dejaron en claro que los dos principales partidos de ese país (PT y PSDB) mostraron un preocupante desgaste político que ha llevado a la población a buscar otras alternativas.
Así tenemos, por ejemplo, que el Partido de los Trabajadores (PT) a pesar del apoyo del expresidente Lula y de la actual mandataria Dilma Rousseff no logró ganar las alcaldías de Belo Horizonte, Bahía, Manaos, Recife, Fortaleza y Diamantina. Apenas triunfó en São Paulo.
Mientras tanto el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) solo ganó en cuatro, uno menos que el PT.
Para los politólogos brasileños, el Partido Socialista de Brasil (PSB), una agrupación política considerada siempre minoritaria, fue la gran ganadora de las últimas elecciones. De acuerdo con los cómputos generales ganó varias plazas importantes como Belo Horizonte, Recife, etc., y ha aumentado a 100 las alcaldías conquistadas hace cuatro años.
Este panorama ha demostrado que los votantes, en las municipales, más que dejarse arrastrar por ideologías de izquierdas, derechas o centro, han elegido para dirigir sus ciudades a gestores, que consideran capaces de administrar bien la ciudad.
Otro mensaje que las últimas elecciones municipales dejaron es que a pesar de los ocho años de gobierno del PT, con dos personalidades como Lula y Dilma y a pesar de tratarse del partido mejor organizado del país, el opositor PSDB no solo no se ha hundido, sino que ha conquistado más alcaldías que el PT: 709 contra 642.
Al PT le ha ayudado conquistar la capital con mayor número de habitantes del país, São Paulo, con 36 millones.
Finalmente, y en contra de todo lo previsto, e l PT ha perdido casi todas las capitales del nordeste pobre, de donde procede Lula y donde había tenido la hegemonía del poder desde la llegada del partido al Gobierno, que en estos ocho años se ha volcado en la región con sus ayudas sociales.
Del mismo modo, el PSDB, votado sobre todo hasta ahora en el sureste, la parte más rica del país, esta vez ha perdido allí su poder, en ciudades como São Paulo, Río de Janeiro, Curitiba y Florianopolis.
Los líderes de los dos grandes partidos del país, el PT y el PSDB, han confesado que ambas formaciones necesitan una “renovación a fondo” de sus líderes tradicionales. Y vaya que lo requieren. (El País)
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