El mismo cambio de vida que ofrece la utilización de la fe sobrenatural, ocurrió en la vida de Lucía Azevedo, quien ahora puede hacerse realidad la vida de aquellos que vendrán al Cenáculo del Espíritu Santo en Vancouver.
Lucía es testimonio vivo de ese cambio. Sin embargo la solución de sus problemas no fue nada fácil. Ella antes de llegar al Canadá ya conocía el trabajo del Cenáculo cuando vivía en Brasil. Lamentablemente se alejó de Dios y sus problemas volvieron con más fuerzas.
Pensando encontrar sola su felicidad Lucia viajó a Canadá, sin embargo en este país sus problemas se agravaron. Se sintió sola, vacía nada de lo que hacía – estar con amigos, conversar por teléfono con sus familiares – calmaba su aflicción.
Lucia cuenta que su desesperanza fue tal que muchas veces pensó en suicidarse saltando del puente Lions Gate pero no lo hizo por falta de valor.
Deprimida y sin tener claro cómo salir de este vacío, ella regresó a Brasil donde tomó la decisión más importante de su vida, volver a la senda de la fe. Restablecida gracias a la obra de Jesús ella retornó nuevamente a Canadá.
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