Por segundo año consecutivo, cientos de mujeres con diversos carteles en mano participaron de la caminata “Rompiendo el Silencio”. En ella expresaron su rechazo a todo tipo de violencia.
Cada año que pasa las cifras de mujeres muertas y maltradas por sus parejas va en aumento. A pesar del esfuerzo que hacen los gobiernos para contrarrestar esta realidad, poco es lo que se ha podido avanzar, principalmente porque las victimas –ya sea por temor o porque creyeron en el arrepentimiento de su agresor-no denuncian y si lo hacen al poco tiempo lo retiran.
Para luchar contra la violencia domestica que agobia a los diversos hogares del mundo, desde hace años se viene llevando a cabo la gran marcha “Rompiendo el Silencio”.
El sábado 24 de noviembre, por ejemplo, en Argentina, Brasil, Bolivia, México miles de mujeres hicieron un alto a sus actividades diarias para participar de la caminata donde hicieron ver a las demás mujeres que ya es hora de decir a los hombres: ¡Basta de Violencia!
En Rio de Janeiro las mujeres que salieron de la Sede Nacional del Cenáculo del Espíritu Santo, ubicada en la avenida Suburbana, 4242, en el barrio de Del Castillo, soltaron decenas de globos rojos.
En el Perú
En este país donde la violencia domestica prácticamente se ha hecho una mala costumbre, siete mujeres cada mes mueren a manos de sus parejas. El Cenáculo del Espíritu Santo del Perú en su afán de hacer ver a las mujeres que no es bueno callar si son agredidas, organizó por segundo año consecutivo la caminata “Rompiendo el Silencio”.
Fue así como el 24 de noviembre más de 200 mujeres se reunieron en el frontis de la Sede Nacional del Cenáculo del Espíritu Santo, para de ahí partir con carteles alusivos a la violencia por las principales calles del distrito de Breña.
Luego de la marcha por las principales arterias de Breña, las decenas de mujeres que participaron en el evento recibieron atención jurídica, psicológica y espiritual de los profesionales, esposas de pastores y voluntarias del Cenáculo del Espíritu Santo.
La coordinadora del “Proyecto Rahab” en el Perú, la señora Miriam Souza, dijo que el apoyo de las voluntarias fue muy importante para el éxito del evento. “El apoyo de las esposas de los pastores, voluntarias, evangelistas y mujeres que sufrieron por violencia familiar fue fundamental para hacer ver a las demás mujeres que lo peor que pueden hacer cuando son golpeadas por sus parejas es quedarse callada. Precisamente de eso se vale el agresor para volver agredirlas. El Proyecto Rahab tiene como objetivo llevar apoyo psicológico, judicial y emocional a las mujeres”, explicó la coordinadora.
Todas las mujeres que sufren algún tipo de violencia quedan con una gran herida en el alma que es difícil de sanar. Por eso es fundamental que todas tengan apoyo espiritual para que puedan seguir adelante. Según la señora Souza, solo Dios puede curar este tipo de heridas.
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