Con su vida completamente destruida se hallaba la señora Rosa Helguera, quien de la noche a la mañana fue abandonada por su esposo . “Un día se fue a trabajar como siempre, solo que esa vez ya no regresó. Yo me encontraba con cuatros hijos, el menor tenía dos años y el mayor tenía siete. No tenía nada que darle a mis hijos para comer. Al principio, mi familia me ayudaba, pero llegó un momento en que nadie me quería ayudar, porque era mucha carga. Mis hijos llegaron a tener anemia debido a que no nos alimentábamos bien”, dijo.
Rosa junto a sus hijos pasaron por muchas carencias y tristezas. Las deudas empezaron a surgir, no podía pagar la luz ni el agua y sus hijos dejaron de ir a la escuela. “La miseria que pasamos fue tanta que llegamos al extremo de salir a las calles a mendigar comida”, confesó.
Una puerta abierta
En esta situación Rosa conoció el Cenáculo del Espíritu Santo, a través de la programación en la televisión. “Al ver la programación decidí acudir al Cenáculo en busca de ayuda y me fui tal como estaba, porque ya ni siquiera tenía ropa para cambiarme, prácticamente llegué pareciendo una mendiga, por lo que me sorprendió la atención que me dieron los pastores, quienes me ayudaron mucho a través de sus consejos y oraciones”, habló.
Dentro del Cenáculo, la señora Rosa escuchó hablar de la Hoguera Santa de Israel. “Yo quería un cambio total en mi vida y por eso decidí manifestar mi fe. Durante 15 días vendí comida en la puerta de mi casa y todo la ganancia que obtuve la coloqué en el altar de Dios. Entonces mi vida empezó a cambiar. En cada Hoguera Santa que llega, yo participo con mucha fe, porque es la única forma de vencer. Ahora tengo mi casa propia, mi taller de confección de ropa, donde tengo 8 máquinas y muchos clientes. ¡Hoy mis hijos y yo ya no paso por necesidades gracias a Dios!”, finalizó muy feliz.
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