jueves, 19 de enero de 2012

El precio de la defensa

Parecer que defenderse de los delincuentes es hoy en día un delito en el Perú. Sino que lo diga Gastón Mansilla, el joven universitario que fue encarcelado por enfrentarse a sus agresores y matar a uno de ellos. Esto crea una controversia sobre los límites que debe tener una persona cuando posee un arma. ¿Usted qué opina?


El incremento de la violencia en la capital ha hecho que muchas personas tengan en su poder un arma de fuego. Si bien portar una pistola no te asegura tu vida, por lo menos, a decir de las personas que cuentan con una de ellas, te da alguna seguridad.

Si bien esta creencia no es convincente para muchos especialistas en el tema, lo cierto es que el limeño se siente desprotegido.

Para muestra un botón. La noche del sábado 7 de enero, Gastón Mansilla, un estudiante universitario tuvo que defenderse ante dos delincuentes que intentaban asaltarlo. Para ello tuvo que disparar contra uno de ellos provocándole la muerte. Ante este hecho la justicia solo atinó ante la mirada perpleja de la sociedad a detener al estudiante acusándolo de homicidio culposo en agravio de un delincuente que intentó robarle su celular. Mansilla fue detenido y enviado al Penal San Jorge en tiempo record. Este hecho capturó rápidamente la atención de los medios, quienes cuestionaron la labor tanto de la Fiscalía como el de la misma policía.

En declaraciones a diferentes medios, el estudiante señaló. “Me defendí de un delincuente que está al margen de la ley”. “En este país no hay justicia. Me siento muy aturdido, es una medida injusta”, acotaba el estudiante mientras era conducida a la cárcel.

Un hecho similar fue el que tuvo que vivir en diciembre pasado el empresario Luis Miguel Llanos Carrillo, quién también fue presa de los delincuentes en Miraflores – quienes intentaron asaltarlo junto a su pareja, queriéndole arrebatar sus pertenencias a plena luz del día. Llanos un reconocido campeón sudamericano de Taekwondo, utilizó su arma de reglamento y abatió a los dos facinerosos – este hecho causó una controversia no solo en el ámbito policial sino un impacto en la sociedad, quienes calificaron este hecho como un caso fortuito – desligando toda responsabilidad al deportista dado que este actuó en defensa propia.

Estos casos nos llevan a hacer un análisis profundo sobre el clima de inseguridad con el que convivimos a diario y la manera como se está reaccionado ante este flagelo - en donde es muy común que cada día existan más personas que opten por el uso de un arma de fuego.

De acuerdo con la Dirección General de Control de Servicios de Seguridad, Control de Armas, Municiones y Explosivos de Uso Civil (Dicscamec), en el Perú se encuentran registradas alrededor de de 295.296 armas de diverso tipo que obtuvieron autorización en estos últimos años, pero lo alarmante del asunto es que de esa cifra alrededor de 185.589 tienen la licencia vencida y hasta la fecha no han renovado por diversos motivos, a esto también le sumamos que del total de licencias gestionadas un 80% fueron hechas por personas naturales – esto quiere decir que cada año se van incrementado el uso de armas en civiles entre los 18 a 55 años.

Precisamente en este punto en que la Dicscamec está tomando algunas medidas correctivas como son el pedido de la modificatoria de la Ley 25054, así como el Reglamento que norma la entrega de armas de guerra. También viene solicitando que la edad mínima para poder portar un arma sea de 21 años y no 18 como es en la actualidad, además de exigir al postulante una justificación para poseer el arma, así como la reducción del tiempo para la revalidación de la licencia de 5 a 2 años.

Pero al margen de cuantas personas no hayan renovado sus licencias, o si están en edad o no para solicitar un arma, un aspecto que llama la atención es la facilidad con que se obtiene el permiso. Basta abonar la suma de 67.55 soles al Banco de la Nación por un formulario además de tres a cuatro soles por una foto digitalizada – a esto le sumamos: ser mayor de edad, tener DNI o carnet de extranjería, esto adjuntado el certificado de antecedentes policiales, penales y judiciales, y luego pasar un examen psicológico que no dura más de 25 minutos para que con un poco de suerte en menos de un mes obtener la licencia. Así de sencillo.

Exámenes deficientes

¿Qué tan importante es conocer el perfil psicológico de una persona al momento de portar un arma? Debido a los casos antes mencionados en donde ciudadanos comunes y corrientes utilizaron su arma en defensa propia, cabe preguntarse si los exámenes psicológicos que se vienen practicando en la actualidad son los más adecuados para este tipo de casos.

La sorpresa fue mayúscula cuando descubrimos que las evaluaciones exigidas para obtener una licencia para portar armas de fuego o el brevete no están a cargo de psicólogos, sino en su gran mayoría por psiquiatras, neurólogos u otros profesionales, que carecen de la competencia e idoneidad para ese propósito.

Esta deficiencia ha sido advertida por el decano del Colegio de Psicólogos del Perú, César Neira, quien sostiene que mientras los psicólogos evalúan la conducta y la aptitud de las personas para desempeñar ciertas labores –como el conducir un vehículo- o tener el control emocional para usar responsablemente un arma de fuego, los otros profesionales enfocan su análisis en las enfermedades o patologías mentales que deben ser tratadas luego de detectar algún comportamiento extraño en la persona.

Neira lamenta que en los casos donde participan los psicólogos, éstos son tomados en cuenta solo como asistentes, a los que se les encarga la aplicación del test, pero generalmente no se les toma en cuenta para la evaluación respectiva ni para certificar el resultado.

A esta situación se suma el que los centros médicos privados autorizados para evaluar a quienes tramitan estas licencias carecen en su mayoría de los instrumentos de medición o test adecuados ni actualizados para este propósito.

Lo peor del caso, dice el decano, es que se aplican exámenes o test sin la debida capacitación para realizar una correcta interpretación de los resultados, lo cual conlleva en muchos casos a considerar como apta a una persona que tal vez no lo está para manejar un vehículo o portar un arma.

“El fondo de este problema es que se prefiere buscar la legalidad en las autorizaciones, pero no la idoneidad del individuo para tener un permiso o una facultad para conducir un vehículo o portar un arma, pese a que está en juego su propia vida y la de otras personas”, expresa.

Actualmente la inseguridad ha desplazado al desempleo como la principal preocupación de los peruanos en todas las encuestas. Ello quizá explique por qué de las 295.296 armas registradas oficialmente (con licencia vigente o no) 225.462 fueron tramitadas por personas naturales. Ese es un indicador para la Dicscamec de que la mayor parte de armas que circulan en el país son para proteger la seguridad personal frente al peligro que se vive en las calles.

Ante esta realidad, acaso no es necesario entre las modificaciones que se vienen hablando para el control del uso de armas de fuego en manos de civiles que también se tome en cuenta una mejor evaluación del perfil psicológico del postulante.

No nos olvidemos, que muchas de estas armas tramitadas terminan cayendo en manos de gente emocionalmente perturbada que en un caso extremo puede verse tentado en usar su pistola para disparar, y no necesariamente en defensa propia.

DATOS:

1.- Tres días estuvo preso el estudiante Gastón Mansilla en el penal para reos primarios ex San Jorge.

2.- Entre 1.600 soles y 2.500 soles cuesta un revolver Ranger calibre 38, el mismo que utilizó el joven estudiante.

3.- En total en Lima circulan alrededor de 285 mil armas.

4.- Hasta el 2011 en el Perú existen 139 tiendas en donde se puede conseguir armas.

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