jueves, 13 de junio de 2013

América Latina: ¿es bueno para la economía tener menos hijos?


La tasa de fecundidad en Chile descendió a 1,8 hijos por mujer en edad fértil. Esta preocupante realidad no solo viene afectando a este país, también a otras naciones, como es el caso de Perú.

El problema que enfrenta Chile es el mismo que ya vienen encarando desde hace tiempo los países más desarrollados: el envejecimiento de la población, con una fecundidad que está por debajo del promedio de reemplazo.
Sin embargo, un estudio del Centro Latinoamericano y Caribeño de Demografía (Celade), la división de población de la Cepal, muestra que la mayoría de los países de América Latina han disminuido fuertemente su fecundidad en las últimas décadas.
En algunos casos, como el de Chile, Brasil, Colombia, Costa Rica, Ecuador, México, Nicaragua, Perú y Venezuela, el descenso fue mayor al 60% desde 1950.
¿Es esto un problema? Para la mayoría de los economistas sí. Significa que estos países en el futuro cercano enfrentarán lo que tantos dolores de cabeza le está dando a muchas naciones europeas y de América del Norte: una enorme población de edad avanzada que debe ser sustentada económicamente por una cantidad menor de personas más jóvenes.
Por otro lado, hay quienes creen que la caída en la natalidad no necesariamente es una mala noticia. Para ellos, este fenómeno demográfico tiene una ventaja que, si es bien explotada, puede traer enormes beneficios para América Latina.
El “bono demográfico”
Los impulsores del “bono demográfico”- desarrollado por el economista David Bloom, de la Universidad de Harvard, - lo definen como un periodo en el desarrollo de una nación cuando la población económicamente activa supera a la población dependiente (niños y ancianos), creando un enorme potencial económico.
Esto ocurre cuando caen las tasas de natalidad, haciendo que haya menos niños a cargo de personas en edad productiva. El período acaba cuando esas personas alcanzan la vejez y se convierten en población dependiente.
Según una investigación publicada por el Celade junto con la Organización Iberoamericana de Juventud (OIJ), en la actualidad casi todos los países de la región transitan la etapa del “bono demográfico” y se encuentran en la antesala de un período en el que la población estará cada vez más envejecida.
¿Qué pasará después?
Reformar el empleo también será importante para enfrentar lo que vendrá cuando se termine el bono demográfico: una enorme población de edad avanzada que dependerá de un sistema previsional.
Por ello, los expertos afirman que es clave reducir la informalidad laboral para que los jóvenes que ingresan al mercado de trabajo realicen aportes con los que luego deberán subsistir cuando sean mayores.
También un buen sistema de salud es vital para sacar provecho del bono demográfico, asegurando que los más jóvenes estén sanos para poder trabajar.
Los expertos del Celade coinciden: mientras que en Europa la tasa de fecundidad ya cayó por debajo de 1,5 hijos por mujer, en América Latina se reducirá de 2,1 (la cifra actual) a 1,9 para el 2100, según las proyecciones del organismo. (BBC)

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