Este país ubica en África tiene varios grupos étnicos que sufren de diversos problemas socioeconómicos. A pesar de la presencia de la Comunidad Cristiana del Espíritu Santo (CCES) desde 1996. En la actualidad, la CCES cuenta con cuatro templos, todos en la capital económica del país, Dar es Salaam.
Persecución y sabiduria
En Tanzania la mayoría predica el cristianismo. Sin embargo, los grupos radicales musulmanes desde hace años han generado conflictos religiosos. Esta situación llevó una vez al pastor Marcos Braga, responsable de todo el trabajo de la iglesia en el país, a tener que sufrir en carne propia ese conflicto. »Durante una evangelización mencionamos el nombre del Señor Jesús, y por ello nos amenazaron y nos advirtieron no volver a ese lugar », recuerda.
Testimonio vivo
Hidaya Rashid Kanyaga.-«Me criaron para ser una musulmana ejemplar. Estudié en escuelas de enseñanza islámica y donde aprendí las leyes y los mandamientos del Islam.
Durante dos años viví sola con la ayuda de amigos. La prostitución fue la única manera que parecía más fácil de seguir. Pero, como consecuencia de un embarazo inesperado, a los 20 años, donde el padre no quería asumir la responsabilidad, fui rechazada por el Islam y por mis padres. Para empeorar las cosas, desarrollé una enfermedad en las piernas. Se hincharon de tal manera que era imposible caminar, me volví asidua a los hospitales y no tenía respuestas. Probé con brujas, la magia negra y magia blanca. »Yo nunca había oído hablar de la iglesia, pero recibí la invitación. He recibido la unción con aceite y la oración de fe, y el dolor desapareció inmediatamente. Entonces, por ello decidí entregarme en cuerpo, alma y espíritu. Fui bautizada, toda mi familia se volvió contra mí. Pero esta vez fue diferente, porque no estaba sola, yo ya no era la misma persona, todo había cambiado dentro de mí. Dejé los vicios y la prostitución, se restauró mi vida financiera«.
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