jueves, 27 de junio de 2013

Sin sacrificio no hay conquista


Palabra del Obispo Macedo

Yo deseo que usted mi amiga y mi amigo  medite conmigo, en Génesis 32:30 “Y llamó Jacob el nombre de aquel lugar, Peniel; porque dijo: Vi a Dios cara a cara, y fue librada mi alma”. El alma de Jacob fue salva. Jacob era un hombre victorioso, primero el conquistó el derecho de la primogenitura, después y en seguida la prosperidad económica. En la práctica, cuando el luchó con Dios y prevaleció y dejó de ser Jacob y pasó a ser llamado Israel, él reconoció que estaba perdido por cuenta de ser Jacob, Dios permitió que él viviese toda su vida como Jacob, él tenía un carácter engañador. Jacob no era un soldado, cuando él supo que su hermano Esaú venía en contra de él, él quedó angustiado, desesperado, él mandó todo lo que tenía, familiares, animales, empleados y quedó solo e hizo una oración de desespero, pidió misericordia, compasión y cuando él se curvó e invocó a Dios vino el Ángel que en realidad es la figura del Señor Jesús y en este momento el tuvo un encuentro con Dios y su alma fue salva. Mi amigo y mi amiga, piense conmigo, Dios permite que nosotros seamos conducidos al fondo del pozo, la cueva de los leones, las llamas de fuego ardiente, fugamos hacía los desiertos como fue con el profeta Elías porque con certeza que Dios quiere hacer algo grande, magnífico y extraordinario en su vida, pero Él no lo puede hacer si usted continua preso en las cosas de este mundo.
Nosotros tenemos que entregarnos de manera incondicional, para que él pueda hacer su voluntad. La campaña de Israel en el Vado de Jaboc es una campaña muy diferente de todas las que nosotros ya hicimos, es algo muy diferente para que todas la personas que participen de ella tengan una vida de excelencia, dios desea hacer de usted la propia bendición. Jacob depositó toda su vida en el altar, Dios descendió para recibir su vida y su alma. Por eso dijo: “ Vi a Dios cara a cara, y fue librada mi alma.”  (Génesis 23:30)

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