jueves, 19 de mayo de 2011

El trauma de Vargas Llosa

El Premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa, nuevamente volvió a la carga contra la candidata de Fuerza 2011, Keiko Fujimori. Esta vez, desde España, el autor de “Conversación en la Catedral” dijo que de ganar la elección presidencial la hija del ex presidente Fujimori la democracia en el Perú se verá dañada y habrá un “retorno a la dictadura” que quedaría de algún modo avalada, por la elección actual.

Las palabras de Vargas Llosa se dieron recientemente durante un debate con Rosa Díez, líder del partido centrista Unión Progreso y Democracia, uno de los contendores a los comicios municipales y autonómicos que se celebrarán en los próximos días en España y al que el escritor hispano – peruano ha mostrado su simpatía.

Como se recuerda a los pocos días de haberse conocido los resultados de la primera vuelta, el Premio Nobel de Literatura 2010 señaló públicamente que votaría a favor del comandante Ollanta Humala, ya que consideraba que respaldar la candidatura de Keiko Fujimori era permitir que los mafiosos de la dictadura de los años 90 volvieran al poder.

La postura de Mario Vargas como era de esperarse trajo consigo una ola histérica –que aún persiste- digna de los años en la que cogobernaban Montesinos-Fujimori. En las redes sociales –como bien lo advirtió el periodista Marco Sifuentes- cualquier comentario en contra de Humala te hace un corrupto Fujimorista y cualquier punto de vista en contra de Fujimori un chavista enloquecido.

Esta polaridad, muy peligrosa por cierto, ha generado en muchos lugares del país que grupos recalcitrantes se enfrenten contra todos aquellos que no piensan como ellos. La agresión que sufriera el periodista Jaime de Althaus y el congresista electo Kenyi Fujimori son consecuencias de ese clima turbio que lamentablemente una reconocida figura de las letras ha promovido con sus palabras incendiarias.

Mucha gente, especialmente joven, se pregunta por qué la postura tan vertical del Premio Nobel de Literatura 2010 hacia la candidata de Fuerza 2011. La respuesta probablemente este, en que nuestro novelista Mario Vargas Llosa a pesar de los años transcurridos aún no ha terminado por asimilar la derrota electoral que le infringiera en 1990, Alberto Fujimori.

Un poco de historia

Corrían los años del primer gobierno de Alan García. Aquel 28 de julio del 87 Mario Vargas Llosa como miles de peruanos escuchaban el mensaje presidencial que anunciaba la decisión de García de estatizar los bancos del país, medida que se sumaba a otras similares de agudo corte progresista. Como reacción, días después MVLL escribiría el enérgico artículo “Hacia el Perú Totalitario” en el diario El Comercio criticando la populista medida. Y fue así como en un devenir frenético el escritor se convirtió sin proponérselo en el líder de una tenaz campaña contra la estatización de la banca.

Aquella corta campaña civil tuvo su momento cumbre en la movilización del 21 de agosto en la plaza San Martín. El rotundo éxito de esa noche marcaría el nacimiento del Movimiento Libertad y el inicio de su carrera política. Sobre aquel episodio Mario escribiría en sus memorias: “Algo debía haber cambiado en el Perú cuando una muchedumbre así me escuchaba decir, aplaudiendo, que la libertad económica era inseparable de la libertad política, que la propiedad privada y la economía de mercado eran la única garantía del desarrollo”.

El 29 de octubre de 1988 en una simbólica ceremonia en Trujillo se creó lo que fue conocido como el Frente Democrático, también denominado como FREDEMO. Liderando este frente Vargas Llosa no estuvo solo. Pactó con las principales cabezas de los partidos tradicionales Acción Popular y el PPC, en aquel entonces el ex presidente Fernando Belaúnde Terry y el ex alcalde de Lima Luis Bedoya Reyes.

La decepción

Ciertamente Vargas Llosa tenía previsto ganar las elecciones en primera vuelta. Sus principales contendientes, el Apra y las fuerzas de la izquierda, se encontraban seriamente debilitados. El primero por demostrar una severa incapacidad para resolver los problemas más acuciantes del país (crisis económica, terrorismo) y los segundos por encontrarse inmersos en contradicciones y luchas internas. Este panorama se vio seriamente desdibujado con el surgimiento de un personaje totalmente desconocido y enigmático (Alberto Fujimori), el cual en las tres últimas semanas de la elección arremetió inesperadamente haciéndose de los primeros puestos en los sondeos de opinión.

Aquel 8 de Abril de la primera vuelta Mario Vargas Llosa perdió gran parte de la esperanza de salir elegido. “De inmediato advertí la catástrofe: había perdido tres puntos –estaba en 36%-, Fujimori mantenía su 25%, el Apra bordeaba el 20% y las dos izquierdas juntas el 10%. No se necesitaban dotes de adivino para leer el porvenir: habría una segunda vuelta en la que apristas y comunistas volcarían en bloque sus votos a favor de Fujimori.” Incluso, Vargas Llosa señaló en el “El pez en el agua” que contempló la posibilidad de renunciar a la campaña y ceder la victoria a Fujimori a cambio del cumplimiento de algunos puntos programáticos; obviamente fue férreamente disuadido de no cometer aquella acción.

Esa noche Fujimori se acercaría al hotel en el cual su comando de campaña se había reunido a esperar los resultados. Ese sería su primer encuentro. Sobre sus impresiones Vargas Llosa escribiría años después: “Era más pequeñito de lo que parecía en las fotos y totalmente japonés, incluso con cierta defectuosa manera de pronunciar el castellano”.

Como el novelista lo imaginó durante la noche que precedió a la primera vuelta electoral, los apristas e izquierdista unieron esfuerzos para que este desconocido ingeniero ganara las elecciones presidenciales.

Muchos años después de su aventura electoral, Mario Vargas Llosa comentó al ser consultado que habría sido del Perú si él hubiera ganado las elecciones, a lo que el novelista respondió: “Solo la fantasía podría decirnos qué tipo de país sería nuestra nación si las cosas se hubieran dado de otra manera”

Amigo, lector probablemente aquí este la respuesta del por qué nuestro Premio Nobel de Literatura, haciendo una excepción a sus cualidades democráticas, se haya convertido en el mejor aliado de Ollanta Humala.

Ahora solo queda saber hasta qué punto el apoyo del novelista al comandante Humala puede servirle a este para ganar las elecciones. Eso lo sabremos el 5 de junio.

NOTA:

En la última encuesta urbano – rural de Ipsos Apoyo, la gente ante la pregunta ¿si los comentarios y/o preferencias de… a la campaña electoral, lo ayudan a decidir por quién votar, o simplemente no lo ayudan o le son indiferentes?, respondió lo siguiente:

- Me son indiferentes...…… 57%

- No me ayudan……………… 13%

- Me ayudan……………….…. 12%

- No precisa………………..…..18%

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