jueves, 26 de mayo de 2011

Los antibióticos y el asma

La exposición temprana de las niños a los antibióticos elevaría un 13 por ciento el riesgo de esta enfermedad en dicha población, según se desprende de una investigación


Actualmente muchas personas sufren de asma, especialmente los niños. En el caso de ellos, por ejemplo, la causa desencadenante de esta enfermedad son aquellas derivadas del resfrío común.

Durante muchos años, los médicos han estado tratando a sus pacientes de asma con una serie de antibióticos, sin embargo, un reciente estudio señalaría que el uso de estos fármacos elevaría el riesgo del asma infantil.

El estudio, que publicará la revista Pediatrics, “aporta pruebas para interpretar con precaución esa relación”, indicó el autor principal, doctor Michael B. Bracken, epidemiólogo de la Yale University en New Haven, Connecticut.

El equipo de Bracken revisó la literatura médica e identificó 22 estudios sobre cómo la exposición a los antibióticos durante la gestación o el primer año de vida influye en el riesgo de desarrollar asma hasta los 18 años de edad.

Los niños que habían estado expuestos a antibióticos entre el parto y el primer año de vida tenían un 52 por ciento más posibilidades de desarrollar asma que aquellos sin esa exposición.

En los tres estudios sobre niños expuestos durante el embarazo, la posibilidad creció un 24 por ciento.

El equipo admite que pueden existir sesgos potenciales. Por ejemplo: los padres de niños asmáticos son más propensos a recordar todo uso temprano de fármacos y los síntomas iniciales del asma se pueden confundir con una infección respiratoria y tratarse con antibióticos, lo que genera una posible causalidad inversa.

Cabe señalar que el asma es una incapacidad de respirar adecuadamente. Cuando una persona inhala, el aire pasa por los pulmones mediante las vías respiratorias progresivamente más pequeñas llamadas los bronquiolos.

El asma en una condición crónica que hace que las vías respiratorias experimenten cambios cuando son estimuladas por alérgenos u otros factores ambientales provocadores que causan en los pacientes tos, sibilancia y falta de aliento (disnea).

Resultados

Como era de esperar, los estudios retrospectivos revelaron la asociación más alta: la exposición a los antibióticos duplicó en los niños el riesgo de desarrollar asma. Lo mismo ocurrió con los trabajos en los que no se controlaron las infecciones respiratorias precoces.

Las pruebas más sólidas, según los autores, surgieron de los estudios prospectivos y con información de las bases de datos en los que se habían controlado las infecciones respiratorias.

Ese subgrupo de datos reveló un 13 por ciento más posibilidad de desarrollar asma en niños expuestos a antibióticos antes de nacer y durante el primer año de vida.

El equipo estima que 87 niños deberían quedar expuestos a los efectos de los antibióticos para que uno desarrolle asma. Dada la gran cantidad de niños expuestos a esos fármacos, los autores sugieren que una gran cantidad de casos de asma estaría asociada con el uso de antibióticos.

“Si podemos controlar los sesgos, la relación sería más baja que lo pensado”, dijo Bracken.

Hasta contar con estudios prospectivos más grandes, el equipo recuerda que “se están sobreindicando antibióticos, en general para enfermedades virales para las que no son efectivos (...) Este estudio respalda el mensaje de que los antibióticos solo se deben recetar cuando son necesarios”, agregó.

¿Qué causa el asma?

Los mecanismos que causan el asma son complejos y varían entre grupos de población y aún entre individuos. La sensibilidad genética, que probablemente incluye varios genes, junto con diversos componentes ambientales son las causas principales del asma. Muchos enfermos de asma también tienen alergias y los investigadores están indagando los factores en las respuestas alérgicas que pueden causar asma en algunas personas.

No todas las personas con alergias tienen asma, y no todos los casos del asma pueden ser explicados por una respuesta alérgica. Algunos expertos están buscando una conexión entre las infecciones víricas y el desarrollo del asma en las personas genéticamente susceptibles. Los investigadores también están detectando en algunos pacientes con asma, una sobreproducción de una enzima muy potente llamada endothelin, que es responsable por la reducción de los vasos sanguíneos y las vías respiratorias, la hiperreactividad de la vía respiratoria, la secreción de moco y quizá aún pueda desencadenar agentes inflamatorios. Además de los problemas en las vías respiratorias, los investigadores también están descubriendo que las anormalidades en el tejido del pulmón mismo pueden contribuir al asma. La enfermedad de reflujo gastroesofágico también contribuye a algunos casos de esta enfermedad.

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