jueves, 28 de abril de 2011

La lectura hace libres a quienes la practican

Buenos Aires es una ciudad lectora, y su feria del libro una atracción con vida propia. La presentación de Mario Vargas Llosa en este gran evento fue aguardada por una larga fila formada cinco horas antes de la cita.

Luego de una breve espera, el Premio Nobel tomó la palabra por espacio de 16 minutos y tras elogiar a la capital argentina como una ciudad libresca y a uno de sus mejores autores, Jorge Luis Borges, dijo que los libros representan la diversidad humana, muestran lo mejor y lo peor de la especie.

A su vez, afirmó la relación entre los libros y la libertad. “Leer nos hace inconformes con la realidad, pues al cerrarlos salimos de un mundo perfecto para volver a una realidad imperfecta, que queremos cambiar”, dijo reafirmando su discurso al recibir el Premio Nobel de Literatura.

Añadió que esta libertad se produce cuando se puede leer lo que se quiera y se imprime todo lo que se escriba, y que esto motiva la censura de instituciones como la Inquisición, los nazis o los fascistas.

“No es casualidad que durante tres siglos de la Colonia se haya prohibido la novela”, comentó para luego afirmar que por esto, este género es dominado por autores latinoamericanos, y que en “esta parte del continente nos es difícil diferenciar la realidad de la literatura”.

Luego el escritor y periodista Jorge Fernández realizó precisas preguntas al autor de La Casa Verde. Vargas Llosa comentó acerca de su proceso creativo, en el cual trabaja en la mañana muy temprano para escribir, y hace luego una caminata de una hora “en la cual aclara el trabajo del día”.

Dijo que prosigue hasta el almuerzo en su casa y en la tarde sale a corregir sus textos a bibliotecas y cafés “lo que es casi imposible” desde que recibió el Nobel.

Los domingos los dedica a los artículos periodísticos, que le han ayudado muchísimo en su carrera, pues “me dan al menos un pie en la realidad, y me ayudan a buscar información precisa”, comentó.

Sobre este punto, Vargas Llosa opinó que “la novela es el género donde la mentira se narra para que parezca verdad por la pericia literaria”.

Consultado por Fernández, el escritor comentó sobre el origen y la forma de trabajar varias de sus novelas, como Conversación en La Catedral, La tía Julia y el Escribidor o Travesuras de la Niña Mala. Confesó que redacta mientras investiga, y que en el proceso inicial se da su mayor dificultad al sentir la incertidumbre.

La expectativa por el evento fue proporcional a la polémica que suscitó su presencia en la capital argentina, cubierta por todos los grandes medios locales y prensa internacional.

El periplo vargasllosiano duró varios días de presentaciones y conferencias de prensa en los cuales recibió más muestras de aprecio que de desaprobación.

A la cita se hicieron presentes personalidades como María Kodama, viuda de Borges, ente otros intelectuales argentinos.

Cabe señalar que manifestantes argentinos allegados a la actual presidenta de este país, días antes de la inauguración de la Feria de Libro en Buenos Aires, manifestaron su molestia por la presencia de Mario Vargas Llosa a este evento. Según los quejosos, el Premio Nobel de Literatura 2010 no tenía derecho moral de estar en este evento tras haber criticado a la mandataria.

A Mario Vargas Llosa le llamó la atención esta protesta. Contó días antes de llegar a Buenos Aires que la única vez que lo quisieron vetar fue durante la dictadura militar, cuando un general que se llamaba Harguindey prohibió dos de sus libros, Pantaleón y las Visitadoras y La Tía Julia y el Escribidor.


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