jueves, 23 de mayo de 2013

Familia en crisis

A pesar que el mundo está más interconectado, padres e hijos no tienen comunicación. Esta carencia ha empujado a muchos jóvenes a buscar en las calles respuestas a sus inquietudes, donde han sido presa fáciles de los vicios.


“Lamento que entre mi hija y yo no hubiera habido confianza para que me contara lo que le estaba pasando. Ella solo me dijo que le dolía la cabeza”.
Con estas sensibles palabras Carlos Victorio se dirigió a todos los padres de familia para que tengan comunicación con sus hijos, y no pasen lo que ahora él está viviendo.
Como es sabido Maryorie asistía al consultorio del médico Ángel Eduardo Valdivia sola. Precisamente en una de sus últimas visitas, Valdivia se aprovechó de esto para doparla y luego violarla. Y tras haberla asesinado querer desaparecer su cuerpo.
Luego de conocerse la trágica historia de esta menor, otras dos adolescentes salieron a denunciar a este mal profesional.
Una de ellas fue Rosa (23) quien denunció en la Dirincri que Valdivia la había violado en su consultorio de San Juan de Miraflores cuando tenía 19 años.
En su manifestación la joven dijo que acudió al local del médico para un tratamiento ginecológico, pero que el galeno la durmió con un potente fármaco y, luego la ultrajó.
Otra mujer, de nombre Carolina, señaló a un canal de televisión que a los 17 años fue dopada por su expareja, quien la llevó al establecimiento de Valdivia, donde se le practicó un aborto clandestino.
Carolina contó que solo recuerda que le pusieron suero y una ampolla y que escapó cuando volvió en sí, a pesar del fuerte sangrado que tenía.

“Lo que ha pasado en los últimos años es que los padres han dejado de lado lo afectivo para privilegiar más lo material, en la creencia que para ser un buen padre hay que regalarles de todo a los chicos”.


Historias como la de Maryorie, Rosa y Carolina lamentablemente se repiten mucho en el país. Si bien cada una de ellas tuvo un desenlace diferente lo cierto es que todas partieron de un mismo problema: la falta de confianza y comunicación con sus padres.
Si bien a lo largo de la historia los padres han trabajado, sobre el todo el varón, para sostener el hogar, siempre se dieron tiempo para platicar con sus hijos. Era común luego de cenar que todos los miembros de la familia charlaran sobre los acontecimientos más importantes del día. Sin embargo esa costumbre se fue perdiendo con la llegada de la modernidad.
En una era donde se supone que cada vez estamos más interconectados resulta paradójico saber que en el seno de las familias existan problemas de comunicación.
¿Pero qué ha originado esta situación? ¿Cómo podemos solucionarlo? Según la psicóloga clínica de Sisol, María Luisa Alegre, lo que ha pasado en los últimos años es que los padres han dejado de lado lo afectivo para privilegiar más lo material, en la creencia que para ser un buen padre hay que regalarles de todo a los chicos.
La nueva realidad en la que vivimos hoy en día ha llevado a que la mayoría de los padres pasen más tiempo en el trabajo que en sus hogares. Esta situación, como es obvio, ha originado que muchos no sepan qué hacen sus hijos, quiénes son sus amigos y menos cuáles son sus problemas.
La crisis en la que están envueltas las familias ha traído como consecuencia que hoy tengamos un alto número de pandilleros, que el consumo de alcohol y cigarrillo cada vez sea mayor. Y que el número de embarazos no deseados entre las adolescentes no haya disminuido en los últimos 10 años.
Pero no solo la falta de tiempo por razones laborales genera que se pierda la comunicación dentro del seno familiar, también existen otras causales. Una de esas es la violencia.
De acuerdo con la psicóloga Carmen Mendoza, cuando los hijos observan que sus padres se agreden estos tienden a distanciarse de ellos con lo cual se rompe la unión familiar. 
Escuela de Padres
Desde hace algún tiempo en algunos colegios vienen funcionando las escuelas de padres. A pesar de su importancia lamentablemente no en todos los centros educativos, sobre todo estatales,  existe uno.
Como se sabe estas escuelas ayudan a los padres a orientar y formar a sus hijos, para ello les enseñan a conocer las etapas evolutivas por las que pasan sus menores para de esta manera colaboren en la formación de su identidad.
Tanto María Alegre como Carmen Mendoza coinciden en la necesidad de que es necesario que todos los colegios del país cuenten con sus escuelas de padres. Para ello demandaron que el gobierno de turno de una norma para hacerlo obligatorio. 
 “No podemos permitir que las familias continúen destruyéndose. Es necesario protegerlas para que ningún individuo se aproveche de la precariedad en la que muchas se encuentran, como aconteció en el caso de Maryorie Keiko”, sostiene Mendoza.


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