jueves, 16 de mayo de 2013

La marihuana gana terreno en Estado Unidos

El Estado de Washington acaba de legalizar su consumo ¿Dispararán las ventas de ese producto una bonanza económica?


Kimberly Bliss y su esposa, Kim Ridgway, han estado buscando nuevas maneras de ganarse la vida.
Las mujeres perdieron sus empleos cuando el negocio de venta al por mayor de carne, donde ambas trabajaban, debió cerrar tras luchar contra la recesión.
Dos años y medio después, Ridgway no ha podido encontrar un trabajo estable, mientras que Bliss solo ha encontrado trabajos a tiempo parcial.
“Las dos somos mayores de 50 años, y mujeres”, dice la Bliss. “Somos de las personas más difíciles de emplear en esta economía. No tenemos mucho que esperar del futuro”.
Pero la legalización de la marihuana podría convertirse en la oportunidad que esperaban.
Bliss y Ridgway están elaborando planes para abrir una pintoresca tienda de cannabis en el centro de Olympia, Washington, financiada por unos US$20.000 de sus ahorros.
Las mujeres son solo un ejemplo entre muchos de los residentes de Washington que buscan sacar provecho del recientemente legalizado –y potencialmente lucrativo- mercado de la marihuana.
Principiantes y expertos
Los potenciales empresarios de marihuana son un grupo diverso. Van desde principiantes en el negocio del cannabis, como Bliss y Ridgway hasta avezados vendedores que tomaron su experiencia del mercado negro.
Los funcionarios estatales no están seguros cuánto aportará la marihuana en los ingresos, debido a que el mercado nunca ha sido regulado.
Sin embargo, los expertos predicen que la industria podría alcanzar hasta US$2.000 millones en un período de cinco años.
Y eso no incluye los mercados secundarios que podrían beneficiarse de la legalización, como el turismo, la agricultura y la industria alimentaria.
Medicina o recreación
En The Joint (El porro) en Seattle, una hilera de placas de servicio comunitario cuelgan en la pared cerca de la recepcionista. Una escena más parecida a la oficina de un dentista de pueblo chico que a la guarida de un traficante de drogas.
“En este momento patrocinamos una liga de fútbol infantil”, dice Shy Sadis, gerente de The Joint.
“Apoyamos a la Policía de Seattle, a Los Marineros [equipo de béisbol], al Departamento de Bomberos de Seattle. Incluso hacemos una colecta de juguetes una vez al año”.
Con una sala de espera impecable y trabajadores profesionales, la compañía está lista para expandir las ventas a fines recreativos una vez que Sadis pueda solicitar una licencia de negocio.
Muchos otros dispensarios se están preparando para hacer lo mismo.
“Seattle va a ser una meca para el cannabis”, dice Sadis. “Estoy feliz y orgulloso de ser parte de ella. Queremos pagar nuestros impuestos. Queremos hacer lo correcto”.
Muchos de los pequeños empresarios de marihuana temen que las grandes empresas arrasen con el mercado antes de que las pequeñas tengan la oportunidad de desarrollarse.
Sin embargo, hasta ahora ninguna de las grandes corporaciones ha invertido directamente en el mercado y es improbable que lo haga hasta que el gobierno federal decida si tomará o no medidas contra el Estado de Washington por infringir la ley federal. (BBC)

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