jueves, 14 de julio de 2011

Dormir menos es dañino para la salud

Muchas personas hoy en día duermen menos, ya sea por estudio o trabajo, sin saber que la falta de sueño provoca una serie de enfermedades, varias de ellas mortales


Cada persona lleva a sus espaldas una carga invisible que decide lo bien o mal que hará su trabajo y el riesgo de cometer errores peligrosos. Son horas de sueño perdidas que difícilmente se podrá recuperar.

De acuerdo con un nuevo estudio publicado en la revista Science Translational Medicine, los efectos de la falta acumulada de sueño llegan a reducir la capacidad de reacción de una persona hasta diez veces, lo que aumenta considerablemente la posibilidad de cometer errores graves.

“Hemos demostrado que las personas no somos capaces de sobreponernos a la pérdida crónica de sueño, por lo que cada vez estamos siendo más vulnerables a sus efectos”, explica Daniel Cohen, médico e investigador de la Universidad de Harvard (EEUU) y coautor del estudio.

Por su parte, una investigación de la Universidad de Pennsylvania demostró que la privación de una mínima cantidad de horas se encuentra asociada a inflamaciones en nuestro organismo, lo cual repercute negativamente en la salud cardiovascular.

Dicho estudio determinó que la persona que no duerme como mínimo siete horas tendrá con el paso de los años endurecimiento de las arterias, altos niveles de presión arterial, derrames cerebrales y enfermedades en el corazón.

Otro estudio, esta vez de la Universidad Peruana Cayetano Heredia, concluyó que los individuos que no duermen lo suficiente sufren incrementos de los niveles de azúcar en la sangre.

Capacidad de reacción

Cada hora que se escatima al descanso diario se suma a una cuenta intangible que los expertos denominan “deuda de sueño” y que reduce la capacidad de desarrollar actividades que requieren una atención plena. El peso de cada una de estas horas puede llegar a ser abrumador, sobre todo en profesiones con escasez de efectivos y turnos largos. Se sabe, por ejemplo, que la catástrofe nuclear de Chernóbil (Ucrania) o el vertido químico de Bophal (India), que se llevó por delante más de 15.000 vidas, se dieron por errores de personas que llevaban muchas horas sin dormir.

“No podemos engañar al cuerpo y privarle de las horas de sueño que necesita”, recuerda Daniel Cohen.

Su estudio ha sido el primero en demostrar que la falta acumulada de sueño durante días y semanas empeora las capacidades cognitivas de las personas en un proceso que tal vez sean irreversibles. “No sabemos cuántas noches de sueño apropiado son necesarias para recuperarse”, confiesa.

Hace unos meses, Cohen reclutó a nueve jóvenes, de entre 21 y 34 años, y les pidió que se olvidasen de sus almohadas por un tiempo. Tenían que estar despiertos 33 horas seguidas y luego descansar diez. La idea principal era reproducir los turnos interminables de doctores, militares, religiosos y camioneros. Pero la jornada también equivalía a dormir unas 5,6 horas cada 24, algo que representaría a una población mucho más general. Los voluntarios pasaron así tres semanas, sometiéndose, junto a un grupo de control, a exámenes rutinarios que medían su capacidad de reacción y habilidad cognitiva.

Los resultados demostraron que los efectos de una noche en blanco quedan corregidos cuando al día siguiente se duermen diez horas. Pero cuando la pérdida de horas de sueño se acumulaba durante varios días, la capacidad de reacción quedaba mermada y disminuía con cada hora de sueño perdida. Cohen señala que el estudio destapó un efecto engañoso que empeora la situación. “Después de descansar durante diez horas, los participantes creían que se habían repuesto completamente de su larga jornada de 33 horas. Pero a medida que avanzaba el día su atención bajaba en picada hasta ser diez veces menor de lo normal”, refiere el especialista.

Después de 24 horas sin dormir, su estado mental era equivalente al de una persona que supera el límite de alcoholemia, lo que “es una buena estimación de las consecuencias que podría tener la falta crónica de sueño en el mundo real”, destaca Cohen.

Riesgo de ser obeso

Otros estudios detallan los implacables efectos de las “deudas del sueño” en la salud. “No dormir suficiente es un factor que predice una mayor mortalidad”, sentencia Francesco Capuccio, un médico de la Universidad de Warwick (Reino Unido) que lleva décadas estudiando los impactos de la falta de sueño.

Cada persona necesita una cantidad de sueño diferente, pero a lo largo de los años Capuccio ha podido averiguar las horas de sueño que separan la salud de la enfermedad. Su último trabajo, que se publicará en la revista Sleep en las próximas semanas, ha analizado los resultados de estudios clínicos que suman datos de 1,4 millones de personas. El veredicto es que dormir menos de cinco horas al día aumenta un 12% el riesgo de ser obeso, tener diabetes, sufrir un infarto o padecer cáncer, explica.

Otro estudio dirigido por Capuccio demostró que dormir menos de cinco horas dobla el riesgo de morir por enfermedades cardiovasculares. “La gente no suele ser consciente del daño que les hace la privación de sueño”, destaca.

Mientras la gente piense que dormir menos es mejor ya que se es más productivo, entonces el número de personas con una serie de enfermedades relacionadas a este déficit seguirá en alza.


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