miércoles, 27 de julio de 2011

“El 11 de setiembre” de Noruega


Mientras el pequeño país nórdico aún no se repone del cobarde atentado de un loco extremista que costó la vida de 76 personas, Anders Breivik, el presunto culpable, justificó su acción por razones políticas y religiosas


En su primera comparecencia ante un tribunal, Anders Breivik aceptó su responsabilidad por la matanza, pero se declaró no culpable, pues considera que hay justificación para lo que hizo.

El juez noruego a cargo del caso dijo que Breivik justificó sus acciones diciendo que eran necesarias para evitar que Europa fuera controlada por musulmanes. El acusado también habló de dos presuntos cómplices.

Mientras se conocen algunos elementos centrales de la investigación, y algunas preguntas permanecen en el aire, BBC Mundo repasa las preguntas claves de la masacre.

¿Por qué lo hico?

“Una vez que has empezado a golpear, es mejor pasarse que quedarse corto, si no se corre el riesgo de reducir el deseado impacto ideológico del golpe”.

Con esa consigna, que Breivik dejó publicada en un manifiesto suyo en internet, este noruego ultraderechista colocó una bomba frente a las oficinas del gobierno en Oslo, matando a siete personas. Y luego se dirigió a una isla cercana para acabar con la vida de 68, jóvenes en su mayoría, que participaban de un campamento de las juventudes socialdemócratas.

Para Breivik, autodefinido como “nacionalista”, estos ataques fueron “atroces pero, en su mente, necesarios”.

Ya en 2009 había manifestado su idea de atentar contra los jóvenes que asisten anualmente al campamento del Partido Laborista en la isla de Utoeya, una organización con una postura favorable a la inmigración.

El autor de la masacre, crítico lo que llamó la “islamización en curso de Europa”, que -según Breivik, está destruyendo la civilización cristiana del Contimente.

En su manifiesto había referencias directas al campamento laborista, la organización que está en el gobierno y tiene una postura favorable a la inmigración.

¿Se podría haber evitado?

El viernes 22 de julio a las 15.26 (hora local) Breivik hizo explotar una bomba en la capital noruega. Una hora y 24 minutos más tarde, y a 32 kilómetros del atentado, vestido de policía, comenzó a disparar.

Recién a las 18.35 se rindió ante la policía, se cree, tras quedarse sin municiones. Había matado a 86 personas.

En este punto surgen las preguntas de por qué los agentes demoraron en llegar a la isla de Utoeya.

En lugar de llegar a la zona en helicóptero, los equipos especiales optaron por ir por vía terrestre y luego tomar un bote. Pensaron, según dijeron luego, que al no tener rápido acceso a un helicóptero policial iba a ser más rápido conducir.

Dicen haberse retrasado 45 minutos en total. De haber tomado una aeronave, hubieran necesitado 15 minutos para cubrir el trayecto hasta la isla. Jóvenes sobrevivientes dicen que Anders Breivik estuvo realizando ataque durante 90 minutos, hasta que agotó sus municiones.

La BBC habló en Oslo con un camarógrafo de televisión quien reveló que había arribado a la isla antes que la policía, en un helicóptero alquilado. Sin embargo, nunca aterrizaron, limitándose a hacer tomas desde el aire. Entre las tomas que hicieron se puede ver por algunos segundos al atacante.

Actúo solo

Las autoridades dicen que Breivik se considera el único autor del doble ataque. Sin embargo, el jefe de la policía de Oslo, Sveinung Sponheim, señala que aún deben “comprobar todo lo que declaró” el atacante, entre ello, lo de haber actuado en solitario.

“Algunos de los testigos del tiroteo en la isla nos han declarado que no están seguros de que hubiera uno o más francotiradores”, señaló Sponheim.

Hasta ahora no hay ninguna evidencia oficial de que haya tenido ayuda ni la policía cuenta con otros sospechosos, sin embargo durante la audiencia del lunes 25, Breivik habló de “dos células más en nuestra organización”. El juez a cargo del caso dijo que se investigará esta declaración.

El domingo arrestaron a seis personas presuntamente vinculadas a Breivik, y luego fueron liberadas sin cargos.

¿Cómo se armó?

Sin levantar sospechas en las autoridades, Breivik logró hacerse con los elementos necesarios para cometer el doble atentado.

De acuerdo con una fuente al que tuvo acceso BBC Mundo, el presunto asesino compró en los últimos meses toneladas de fertilizantes y otros elementos para fabricar bombas caseras, que elaboraba en una granja que tiene en la localidad de Rena, 160 kms al norte de Oslo.

La decisión de establecer la granja, aseguró en su manifiesto, fue crear “una coartada creíble en caso de ser arrestado por la compra o el contrabando de explosivos o componentes explosivos”.

En el diario da cuenta de sus temores a la hora de ir adquiriendo cada uno de los químicos necesarios -con excepción de uno- para los explosivos.

Breivik dijo tener material para realizar “20 explosiones”.

Y al rellenar formularios para poder comprar armas, aseguraba que el objetivo era “cazar ciervos”. Además, se amparaba en no tener antecedentes penales.

Autoridades fallaron

Entre la compra de armas y su manifiesto en internet, algunas voces critican que las autoridades no hayan atado cabos con anterioridad.

“Esto es claramente una falla del área de inteligencia comparable al 11-S o el 7-J”, asegura el experto en terrorismo Anthony Tucker-Jones, citado por el británico Channel 4.

Para este especialista, lo que “parece particularmente preocupante es la aparente falta de ciberseguridad en Noruega” y señala que los mensajes de Breivik en la red deberían haber encendido las alarmas.

“Aunque defenderse de ataques de un ‘lobo solitario’ como este nunca puede ser infalible, el gobierno noruego deberá actuar rápidamente -agrega Tucker-Jones- para asegurarle al pueblo que no fue complaciente con amenazas terroristas”.

En tanto, para el profesor de antropología Thomas Hylland Eriksen, de la Universidad de Oslo, que la policía no haya puesto el ojo en los comentarios xenófobos de Breivik se explica por la falta de visibilidad del extremismo de derecha en Noruega.

“Son unas 40 personas (...) Sin embargo, cualquiera familiarizado con la blogósfera -escribió Eriksen en el diario británico The Guardian- podría haber estado al tanto durante años de la existencia de un vibrante escenario virtual caracterizado por el odio a la nueva Europa”.


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