miércoles, 5 de diciembre de 2012

Las deudas y los préstamos le quitaban la paz


El empresario Gilmar Dias, de 51 años, después de tener siete empresas distribuidoras de géneros alimenticios y otra en el ramo metalúrgico, pasó por la situación de vivir de favores con su esposa Angélica y con sus hijos Esteban, Israel y Diego. Su su suegra le dio el fondos de su casa. Él dependió, inclusive, de la ayuda de parientes para alimentar a su familia. Todo aconteció debido a la quiebra de sus empresas. Gilmar pagó préstamos bancarios y dinero a los prestamistas, pues debía 700 reales, teniendo 400 cheques devueltos. La familia Dias incluso tuvo que deshacerse de tres autos y de un departamento.
Conquista a través de la fe
“Fue completamente destruido que llegué al Cenáculo del Espírtu Santo. Mas, por medio de muchas luchas y de la Hoguera Santa de Israel abrí la franquicia de una gran empresa, que fue prosperando. Pagué las deudas, conseguí estabilidad financiera y fui conquistando muchos bienes con el tiempo. Hoy disfrutamos de viajes internacionales. Mi familia está unida. Ahora tenemos autos y vivimos en una cobertura de 380 metros cuadrados. En mi casa se acabron las necesidades y pasamos a tener una vida llena de bendiciones”, concluyó sonriendo.

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