miércoles, 5 de diciembre de 2012

Villarán y el reto de superar la revocatoria


¿Podrá la alcaldesa de Lima en estos pocos meses que quedan para la revocatoria revertir la desaprobación de los vecinos? Según las encuentas, la tiene muy difícil.

El domingo 17 de marzo no será una fecha cualquiera para la alcaldesa Susana Villarán.   Ese día los vecinos decidirán si se va o se queda de la alcaldía. 
De acuerdo con Alfredo Torres, director de Ipsos Apoyo, la alta probabilidad de que la alcaldesa sea revocada se sustenta en que fue elegida con solo el 38% de los votos válidos. Es decir, 62% de los limeños votó hace dos años por otros candidatos. Y también porque el limitado apoyo popular con el que inició su gestión se diluyó al poco tiempo. Así tenemos que antes de los seis meses de iniciado su mandato cayó por debajo del 30% de aprobación para no volver a superar esa cifra. El promedio de aprobación de sus 23 meses de gestión es 27%. La encuesta de noviembre de Ipsos Apoyo registra 25%.  “No hay señales de recuperación”, dice Torres.
Su mala gestión y abuso de autoridad son la base de la revocatoria. La población reconoce que Susana Villarán es una persona honesta, pero eso no basta para hacer una buena autoridad. Para la opinión pública, la ineficiencia es una causal más que suficiente para revocarla.  Por lo tanto, solo podría salvarse de la revocatoria si mejora significativamente su aprobación en los próximos cuatro meses. El problema es que el tiempo es escaso para mostrar grandes obras o para cambiar la imagen que tiene la ciudadanía de ella. 
Si Villarán contara con un partido o movimiento político podría hacer la pelea en las organizaciones de base y comedores populares donde los revocadores están trabajando. El detalle es que el movimiento (Fuerza Social) con la que ella postuló hoy no existe. ¿Pero cómo se entiende esto? ¿Cómo es posible que una autoridad no tenga un partido político que la respalde?
Desde que en la década de los 90, el entonces presidente Alberto Fujimori destruyera los partidos políticos estos no han podido hasta la fecha reconstituirse. Lo que hay en el país son sistemas de candidaturas individuales. Como bien lo describe el periodista César Hildebrandt, son maquinas quinquenales que solo trabajan para ganar votos y nada más.
Fuerza Social ganó las últimas elecciones municipales no por contar con una amplia base de militantes sino principalmente por el apoyo de los votos de los independientes, que no querían que la candidata del Partido Popular Cristiano, Lourdes Flores, fuera la alcaldesa de Lima.
Ante la falta de un movimiento político que la respalde, la alcaldesa está optando en apoyarse en sus amigos intelectuales y empresarios a los que está convenciendo para que ellos-gracias a su imagen ganada-puedan persuadir a los limeños a votar en contra de la revocatoria. 
Un aspecto de la gestión de la alcaldesa Villarán que es valorado por las elites es el haberse atrevido a enfrentar el desorden del tránsito vehicular y clausurar el caótico mercado de La Parada. Sin embargo, como bien dice Alfredo Torres, es probable que esas mismas medidas la hayan alejado de un amplio sector de la población que vive en la informalidad y que desconfía de las autoridades que quieren formalizar actividades porque supone que eso implicará el pago de impuestos y mayores precios para el consumidor.
El periodo que media entre las fiestas de fin de año y el aniversario de Lima, el 18 de enero, puede ser crucial para que la alcaldesa despliegue sus energías y creatividad para demostrar su compromiso con la ciudad y capacidad de gestión. Si lo hace bien, es posible que logre incrementar su aprobación popular, pero a menos que ocurra algún hecho extraordinario que le permita develarse como una líder eficiente y eficaz, es poco probable que esta recuperación le alcance para revertir la tendencia en su contra.

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