miércoles, 12 de diciembre de 2012

Libre del miedo de amar y ser amada


La infelicidad en la relación hace que mucha gente deje de creer en la existencia del amor verdadero, Sandra Prunelli fue una de ellas. “Mi primer matrimonio fracasó debido a la traición, hubo también la violencia doméstica y agresión verbal que me dejó con muchas cicatrices en el sentido psicológico,” dijo. Sin embargo, años después del divorcio, Sandra recibió una invitación de un amiga y al principio no aceptó porque estaba en otra relación en la que aún no había dado sus frutos. “Yo había pasado un proceso de divorcio y no podía mantener una relación estable. Tenía los celos, el dolor y el trauma, hasta que me acordé de la invitación y fui al Cenáculo del Espíritu Santo donde volví a creer en el amor y en la capacidad de ser feliz”, afirmó.
Sandra empezó a asistir a las reuniones de la “Terapia del Amor” y aprendió que había una solución, que habría un cambio para su vida. “Yo tuve que borrar el rencor que existía dentro de mí y me convertí en una persona adecuada para alguien. Y fue allí donde el Espírito Santo operó con toda su fuerza. Hoy, estoy casada hace un año y medio, feliz con un hombre que es un siervo de Dios, que me entiende, cuida de mis hijos como un padre, y eso es mucho más de lo que esperaba, finalizó.

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