jueves, 17 de febrero de 2011

La educación no debe ser discriminatoria

Ahora que algunos candidatos presidenciales vienen hablando de duplicar el sueldo de los profesores, de incrementar el presupuesto para la educación, etc., sería bueno que ellos recordaran lo que un grupo de expertos dijeron sobre la educación a fines del año pasado, para así sus propuestas sean mas coherentes y ajustadas a la realidad.

“Decir que la educación es sexista y discriminatoria no es una cuestión ideológica sino que tiene una demostración científica”, asegura la uruguaya Moriana Hernández, del Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos de la Mujer (Cladem), ante un auditorio de 60 participantes de 14 países de la región y de delegadas de África y Asia.
El seminario internacional "La educación: más allá de las metas", realizado entre los días 14 y 16 de octubre en la capital peruana, puso en tela de juicio los avances del segundo y el tercer Objetivos del Milenio (ODM), referidos a la educación primaría universal en 2015 y a la promoción de la equidad de género y el empoderamiento de las mujeres.
"Una cosa es el acceso a la escuela y otra que se garantice concluir la primaria y secundaria", dijo Hernández, responsable de la Campaña por una Educación no Sexista y Antidiscriminatoria, que lanzó Cladem este año en muchos países de la región.
"Una tercera cosa más, es que la educación sea pertinente, que permita al ser humano tener un pensamiento crítico y autónomo. Y eso se puede demostrar revisando las estadísticas y los planes escolares", explicó.
En cuestión de números, América Latina ha avanzado en 90 por ciento, en promedio, en garantizar el acceso a la educación en el nivel primario y en países como Argentina, Cuba, México y Perú la meta ya fue alcanzada. En lo que menos ha avanzado la región es en la educación secundaria.
A escala mundial, las proyecciones más optimistas señalan que el ODM de lograr que toda la población infantil del mundo se escolarice y complete la educación primaria tomará una década más de 2015, el año en que se comprometieron a alcanzarlo los gobiernos en 2000, dentro de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
En 2015 aún habrá 47 millones de niños y niñas que no asistirán a la escuela y 47 países que no cumplirán la meta, informó el costarricense Vernor Muñoz, ex relator especial de la ONU sobre el derecho a la educación.

"En todos los países del mundo, los varones tienen un superávit de derechos y las mujeres un déficit. Al hombre se le reserva espacio en lo público, a la mujer en lo doméstico”

La reducción de la brecha entre niñas y niños avanza lento. El 56 por ciento de la población mundial en edad escolar vive en países que no lograron la paridad en la educación primaria y 87 por ciento en la secundaria. Sólo 92 de 149 Estados ya lograron esta meta.
"Los ODM tienen un efecto reduccionista, y en América Latina, donde algunos países ya sobrepasaron el objetivo, resulta perverso porque oculta otros temas claves: los contenidos, las prácticas docentes y las oportunidades iguales para todos", aseguró Muñoz.
Para el experto, hay una visión patriarcal del sistema educativo que reproduce la idea que los hombres tienen más derechos que las mujeres y que excluye a indígenas y a personas con alguna discapacidad física.
Muñoz consideró que estas asimetrías en la educación son el reflejo de lo que sucede en el ámbito político, social y económico en América Latina, considerada la región más desigual del mundo.
"Nunca como antes en la historia el patriarcado le ha sido tan imprescindible al sistema económico neoliberal porque, entre otras cosas, permite que las mujeres se conviertan en proveedoras de servicios gratuitos", enfatizó Hernández.
La brasileña Camila Crosso, coordinadora de la Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación, consideró que en un plano economicista hoy se ve la educación como un objetivo para obtener "tasas de retorno" y no como un derecho humano.
Desde la percepción feminista, la especialista española Rosa Cobo aseguró que existe el denominado currículo "oculto" de género que imparten los maestros en base a estereotipos.
"En todos los países del mundo, los varones tienen un superávit de derechos y las mujeres un déficit. Al hombre se le reserva espacio en lo público, a la mujer en lo doméstico. La escuela se encarga de reproducir estas ideas", explicó.
Cobo consideró que éste es el momento propicio para que las organizaciones feministas trabajen por una educación no sexista, tras lograr como primer paso que más mujeres tengan educación.
"Es hora de preguntarnos ¿qué educación queremos? y trabajar para que el sistema educativo desactive las jerarquías", dijo Cobo. En ese camino, Muñoz consideró que resulta vital pensar en una educación que sea útil y dignifique a las personas considerando sus costumbres y culturas.
La peruana Tarcila Rivera, coordinadora de Enlace Continental de Mujeres Indígenas, planteó que la educación bilingüe no es suficiente ni garantiza el respeto a los pueblos indígenas

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