jueves, 1 de diciembre de 2011

Peligro en casa

En lo que va del año 104 niños fueron asesinados por sus padres. La muerte de Pierina (9) es solo un caso. Según los especialistas, trastorno psicológico de los progenitores sería el detonante. ¿Usted qué piensa?


Antes de asesinar a Pierina Nicole Cardoza Tello (9) con sus propias manos, su desnaturalizada madre, Isabel Mirella Tello Chanduví (31), la torturó brutalmente, acabando con su inocente vida, de la que no pidió venir.

Según la versión de la propia Isabel, la tortura habría empezado alrededor de las diez de la mañana del último 14 de noviembre. Después de sostener una acalorada discusión con su pareja, la desalmada madre no tuvo mejor idea que desfogar su furia con su hija de nueve años. La sacó de su cama, le arrancó las prendas que vestía y cuando estaba desnuda le cortó el cabello para luego meterla a la ducha, estando allí, la golpeó con ferocidad amordazándola para que los vecinos no escuchen sus súplicas.

Una vez muerta la niña. Isabel cosió sus labios con pabilo y llevó el cuerpo al dormitorio en donde para aparentar una violación introdujo un objeto contundente por sus partes íntimas para luego huir.

La escena que descubrió la policía en la vivienda ubicada en el distrito de San Miguel, donde se perpetró el filicidio, fue atroz.

En otro punto de la ciudad, otra madre de un perfil similar al de Isabel mató a su hija. Florinda (22) desesperada porque su hijo no paraba de llorar asfixio a su bebé de tan solo ocho meses de nacido.

Historias como estas se repiten cada vez con más frecuencia en nuestro país. De acuerdo con el Ministerio Público en lo que va del año se han registrado 104 asesinatos cometidos contra menores de edad.

Según el Observatorio de Criminalidad de la Fiscalía, el 64,4% de los casos de filicidios fueron varones y solo el 35,6% mujeres. Además, el 51% tenía entre 13 y 17 años, el 31,7% era menor de seis años y el 17,3% tenía entre siete y 12 años.

El alto número de niños que son muertos a manos de sus padres nos lleva a la pregunta de qué está pasando en el interior de las familias de nuestro país.

Según el psiquiatra Martín Nizama, la mayoría de los padres que maltratan y asesinan a sus hijos es porque durante su infancia sufrieron hechos de violencia, tanto física como sexual, que al no poder superarlo una vez adultos descargaron todo su rencor hacia sus menores hijos. En el caso de la señora Isabel Tello, madre de Pierina, se sabe que ella sufrió de una violación cuando tenía 10 años.

Para el profesional nadie en su sano juicio atentaría contra la vida de un hijo. El problema reside en que muchas veces ese hijo no tiene el estatus que le da la sangre y eso se convierte en un problema.

De acuerdo con Nizama existen dos universos de acción posible: que el hijo no sea considerado un hijo o que en un colapso emocional pierda ese lazo. Esto divide las responsabilidades con respecto al homicidio y plantea dos escenarios de acción diferentes.

“Si ese chico tiene el estatus de hijo entonces es difícil que lo pueda matar. El problema nace cuando ese sujeto pequeño (o no tan pequeño) se transforma en un objeto o elemento peligroso”, explica el psiquiatra quien agrega que cuando el lazo no se produce, entonces en la estructura psíquica de esa persona él no está matando a un hijo, sino a alguien.

Según el especialista, cuando un padre o madre sufre de cambios en el estado anímico, irritabilidad pronunciada o una extrema mala relación con sus hijos, hay que estar alerta, ya que son indicios de que algo anda mal.

Por su parte, para el psiquiatra Ricardo de la Espriella, el filicidio en el caso de una mujer se da porque tiene algún trastorno psicótico, en oposición a los cometidos por los hombres en la que se diagnostican más frecuentemente trastornos con su personalidad.

Según Espriella, el filicidio no siempre se asocia a una enfermedad mental, aunque la ocurrencia de los trastornos psicológicos y afectivos en puerperios (aquel que no tiene más de dos horas de haber nacido) han sido asociados a algunos casos.

Para la psicóloga Carmen García, en cambio, esta patología puede darse porque los padres consideran que la muerte es el mejor destino para sus hijos, ya que por un lado estaría aliviando el dolor del menor y de paso el de ellos.

Generalmente cuando un padre o una madre cometen un acto de esta naturaleza, no logran tener ideas claras al respecto, eso quiere decir que su estado de conciencia se encuentra alterado.

Otros factores que pudieran explicar el filicidio, explica la psicóloga, lo podemos encontrar en las condiciones deplorables de maternidad en la que vivieron algunas mujeres por culpa de sus parejas las que llevó a que tengan un estado psicológico alterado que terminó con el asesinato de su propio hijo.

Cabe señalar que este tipo de crímenes que se realiza de manera violenta y de un modo inesperado para las demás personas termina en la mayoría de los casos con el suicidio del autor.

“Decir que tal o cual disturbio emocional es el responsable de esta conducta sería faltar a la verdad. El fenómeno del filicidio es complejo y cuenta con varias aristas a considerar”, refiere García.


No hay comentarios:

Publicar un comentario