jueves, 5 de julio de 2012

Cajamarca en el ojo de la tormenta


Los actos violentos  con muertos y heridos acaecidos en Cajamarca contra el proyecto Conga, ha llevado al gobierno a declarar en emergencia a tres provincias de esta región. Pero la preguntas caen de maduro ¿Por qué ha tenido que pasar esto? ¿Acaso el Ejecutivo y los dirigentes antimineros no estaban dialogando?

Está claro el descontento de los pobladores cajamarquinos por el proyecto Conga, pero lo sucedido en Celendín es una alarma que no puede esperar más. En la tarde del martes 3 de julio, un grupo de manifestantes intentaron tomar la Municipalidad de dicha provincia con armas de fuego, lo que desató hechos de violencia y como saldo cobró la vida de cuatro personas, entre ellos un menor de edad, y 21 heridos. Debido a esto, el Ejecutivo declaró en estado de emergencia por 30 días a las provincias de Cajamarca, Hualgayoc y Celendín. 
La situación vivida en dicha región, llama a la reflexión. ¿Acaso el Ejecutivo no estaba conversando con las autoridades locales para llegar a un acuerdo pacífico y así llevar a cabo el proyecto minero Conga? ¿Qué falló entonces? 
Para el expresidente de Petroperú  César Gutiérrez Peña, los hechos de violencia que se han acontecido en Cajamarca  se ha debido a la actitud equivocada del presidente Humala, que en vez de tomar acciones concretas, en los últimos tiempos se ha dedicado a los discursos y promesas que no satisfacen lo que demandan los manifestantes contra Conga. Mientras unos hablan de reunir al jefe de Estado con Santos, para Gutiérrez Peña, la solución no es esa, ya que el líder cajamarquino tiene creencias inamovibles y Humala tiene un ‘compromiso empresarial’. Por lo que no se arreglaría nada al juntarlos a dialogar. 
La solución inmediata para este tema sería sacar el caso ‘Conga’ de la agenda política y no tocarlo por un tiempo. Pasar a ‘invernarlo’, porque si se sigue persistiendo como se ha seguido haciendo, aumentará la cifra de muertos ya que la ‘Política Valdés’ no funciona. “Ha quedado claro que es un fracaso gubernamental. Ollanta Humala tiene un compromiso empresarial y que ha hecho suya la agenda minera. Eso es una ingenuidad por parte de un político sin experiencia ya que ha tomado muchos casos conflictivos a la vez. Y todo esto ocurre cuando lo único que se hace es ‘inaugurar discursos’ en lugar de presentar obras tangibles”, sostiene Gutiérrez.
De la misma manera considera al Presidente del Consejo de Ministros como un prepotente que confunde la política con un cuartel. “Valdés no debería dar un paso al costado, sino, uno adelante hacia la calle. Cree que esto es un cuartel y así no se manejan las políticas. Para nada es un interlocutor porque es prepotente y su gestión no ha funcionado”, asevera.
Para el analista Gutiérrez, la política de ‘Mano dura’ solo funciona en Lima, mas no es Cajamarca porque la realidad es totalmente distinta a la nuestra. 
Esperemos que se tomen las medidas respectivas y que no traigan más víctimas como consecuencias de errores políticos.
Por su parte, Martín Santillana, experto en temas mineros, considera que Conga es el resultado de lo que Humala dijo cuándo fue candidato y que ahora no puede sostener como presidente.
Para Santillana, sacar a Conga de la agenda política para nada es una opción. Es más, considera que no es cuestión de que esto se enfríe o no, simplemente es una decisión de Estado que tiene que definirse cuanto antes. “Hay que dejarnos de cuentos, el Gobierno tiene que aplicar la ley y punto, sino va haber más muertos y se va caer en lamentaciones”, dice.
Sumado a esto, indica que se ha utilizado a la gente humilde de los pueblos para mal informarlos y generar este caos que parece incontenible. “La gente de buena fe que ha apoyado las ideas de los líderes está siendo utilizada para enfrentarse a las fuerzas públicas. Lo que quieren con esto es que haya muertos y utilizarlos como bandera política”, asevera.
Las soluciones al tema de Conga son diversas, tal vez dejar de lado este proyecto hasta que existan mejores condiciones. Otra, que se ponga mano dura y aplicar la ley con decisión de Estado, pero lo seguro es que sea cual sea la decisión, debe existir un diálogo de igualdad donde se puedan tomar las medidas respectivas para que no haya más víctimas por errores políticos.

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